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Cómo elegir pareja

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Es necesario para triunfar en el noviazgo, que tú te sientas bien contigo mismo, que estés en óptimas condiciones físicas y psíquicas, para desempeñar el papel de cónyuge, y padre o madre, para tener el éxito que pretendes tener, porque ya hay demasiados matrimonios fallidos para que tú falles también, y debes de querer el triunfo en esto, porque si no tienes un matrimonio feliz, no estarás en las óptimas condiciones para triunfar en los negocios, en forma para prosperar económicamente y ser también mejor persona. Hay varios refranes populares que dicen: “Dime con quién andas y te diré quién eres”… “Dos que duermen juntos, acaban pensando igual”. Tienes que protegerte de no ir de mal en peor, por elegir mal algo tan importante, como es el dar y recibir amor; porque realmente la vida va de eso, DE AMOR; y si se falla en lo que es el motor de la vida; se falla en tener buena vida. Tienes que tener claro, quién eres tú y quién quieres que sea la persona que te acompañe en la aventura de vivir. Necesitas de alguien que te ayude a realizar tus sueños, alguien que te entienda, que te comprenda, ¡ah!, y que tú, tú también entiendas a esa persona, que la comprendas; y eso, no se sabe por un baile o por tomar juntos un café, sino que se sabe por conocer el carácter del otro; se sabe por saber lo que hace, no sólo lo que piensa, porque pensar es una cosa, y obrar es otra; y decir también es algo diferente, a veces. Lo primero, es que te guste físicamente, sea como sea, pero que te guste a ti; sin ese requisito, no continúes tratando a la persona que pretendas que sea tu cónyuge, por muchas ganas que tengas de casarte; y después de hallar una persona que te atrae físicamente, al mismo tiempo, observa si su manera de hablar, de decir las cosas a ti y a los demás, te gusta; si trata bien a los demás, si es buena y hace el bien siempre; y entonces la observas, miras que sus obras sean buenas, además de sus palabras; luego hablas con ella, con esa persona, y dialogáis sobre temas y sucesos; pregunta su punto de vista y dale el tuyo, porque no es cuestión de saber todo de esa persona, y esa persona no saber nada de ti; hay que mostrarse como uno es, porque no es ir a comprar, el enamorarse, sino que es encontrarse dos personas libres, que libremente y sinceramente, se muestran como son, y si a las dos partes llega el amor; luego se podrá pensar en casarse. A veces pasa, pero, que uno se enamora, y el otro no, ¡esto es lo que más abunda en toda relación!; eso del amor a primera vista y con la primera persona, no suele suceder, aunque pudiera pasar, pero por experiencias de los demás, sabemos que esto no suele ocurrir; más bien, lo común es sufrir por haber amado, y no recibir el amor esperado; o puede pasar y pasa, que primero sí que te aman, y luego resulta que no; o es al revés, primero te parece que sí, que amas, y luego resulta que no era realmente amor, o el “amor” termina en los dos, o en alguno de ambos. Si te ha pasado esto, si esto te llega a ocurrir, ¡por Dios, no te lo tomes a mal!, porque la gente es libre, y mientras no se llegue al matrimonio, puede decidir su vida, sí o no junto a ti; por eso existe el noviazgo, para conocerse, para no fallar en el matrimonio. Esa persona, como tú mismo, es libre de cambiar de opinión, antes de llegar al Santo Matrimonio; luego, ya este contrato es para siempre, ¡hasta que la muerte os separe!, de ser un matrimonio válido. Quiero decirte que compartir tu vida, y una vida de éxito, no se llega a ella ¡por suerte!, sino haciendo planes concretos, y como en los negocios, también en el amor.