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Superar el miedo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: En cuanto a tu familia, sobre todo a tus padres, ¡ámalos!, porque tú lo necesitas, necesitas amarlos, y ellos necesitan tu amor. Y ten en cuenta que aunque son mayores que tú, no da la santidad la edad, sino la voluntad, y es muy difícil llegar a la perfección, y a unos les cuesta más que a otros, porque no se lo cogen en serio muchas veces, porque no saben cómo hacerlo, porque tienen miedo, porque el miedo mata toda la bondad que pueda contener un corazón en paz; el miedo es la guerra personal con el que deben luchar las personas, porque el miedo debilita, no son los desengaños los que debilitan a las personas, no es el dolor, ES EL MIEDO; el miedo es el enemigo de ti mismo, vive en ti y te sigue adónde vayas; es el causante de tu falta de éxito, porque o tienes miedo de no conseguirlo, o tienes miedo de quienes te dicen que no lo conseguirás; si tú vas con paz, si tienes un trabajo honesto y tus intenciones son de honor, y todas tus acciones están en orden a lo bueno y el bien, ¡todo te irá bien!; por mal que vaya, te irá bien, porque irás adelante aunque los contratiempos quieran pararte; si tú no tienes miedo, proseguirás luchando y venciéndote a ti mismo, a los demás, y a la vida misma, que te puede hacer perder la paz. No eches la culpa a tus padres de lo que te pase, porque ellos te han cuidado, a su manera, según sus propias posibilidades; no pierdas tiempo meditando en que si hubieran hecho eso o aquello; tú mira lo que vas a hacer de ahora en adelante, unido al Buen Dios y a las buenas acciones que te irán aumentando la fuerza para luchar contra el miedo, porque hacer el bien y lo bueno, lo correcto, en el cumplimiento del deber diario, te va reforzando y dando estrategias positivas para luchar contra el miedo. ¡Todos tienen miedo!, ni uno no ha conocido el miedo, pero la fe, la fe puede vencerlo; y la fe tiene que ser con obras, y las obras de la fe, siempre son buenas; por eso, al hacer el bien y lo bueno, las cosas te irán bien, e irás perdiendo el miedo a medida que pasen los días, y viviendo en armonía con tus padres y familia. Los problemas derivados de la familia, debilitan, porque son afectos que viven en tu corazón y que te pueden matar o hacerte mejor. Tú, sé mejor para ayudar a la familia, y en vez de criticar y esperar lo que quieres que te den, apóyate en Dios, y da tú a todos, tu bondad y valentía en no juzgar, en dejar que cada quien sea como es; y permitiéndoles vivir su libertad, con tus obras, vivas la tuya, porque nadie puede ir, JAMÁS, contra quien hace siempre el bien. Si ellos gritan, tú callas; si ellos te insultan, tú callas; si ellos te piden que hables, bendíceles en tu mente y habla siempre correctamente, aunque te cueste, porque si quieres tener éxito, ¿crees que no te costará también llegar a él?; y si no sabes dominarte delante de tus padres y familia, no sabrás dominarte delante de tus enemigos, y ¡esos sí que pueden apuñalarte!. La prueba primera que debes de pasar, es hacer el bien delante de tu familia; si no puedes conseguir esto, difícilmente conseguirás pasar las pruebas que vas a encontrar, en conseguir lo que quieres para ti. Si tienes una familia que te hace sufrir, piensa que es allí, con ellos, donde tienes que practicar sacarte el miedo, haciendo el bien, lo bueno y lo correcto; porque si quieres ser alguien grande en los negocios, tendrás que enfrentarte a tipos duros, muy duros, que pueden querer incluso llevarte a la cárcel, denunciarte, con trampas, sobre tu empresa, para que no prosperes. Elige muy bien a tus empleados, porque hay empleados que denuncian a sus jefes con calumnias y engaños; así de duro es querer sobresalir económicamente, porque hay muchos que pretenderán hundirte, ex amigos incluidos, familiares, hijos, padres, ex cónyuges, y todo un sinfín de personajes. ¿Aún sigues ahí?… Bien, ¡búscate un buen abogado!, porque tarde o temprano, lo vas a necesitar, si es que quieres prosperar hasta llegar a alcanzar tus propios sueños; pero vale la pena, si lo haces siempre haciendo el bien y lo correcto, sin dañar a nadie y protegiéndote de todos, incluso de los malos padres o hijos, hermanos, amigos, tíos, primos, e incluso abuelos, porque la codicia no tiene edad ni rango; y la malicia es muy mala y envenena la sangre, perdiendo su identidad, y aunque sea tu propia familia, te pueden intentar despedazar; pero sólo los buenos, haciendo el bien, pueden resistir y aguantar, jamás el mal se acaba con el mal, eso nunca ha pasado ni pasará, en una guerra individual. Ama a tus padres, cuídalos, escúchalos, y dales lo mejor de ti. Tienes tiempo de prosperar, porque las prisas no son buenas consejeras; quien empieza su negocio estando a mal con la familia, puede que nunca consiga el éxito que pretende, y aún siendo malos, puedes hablar con ellos y exponerles que quieres llevar a cabo tu éxito, que pides su bendición, y si no te la quieren dar, acéptalo, porque hay padres muy malos, otros no tanto y otros hay de buenos, y muchos de santos; por eso, cada caso tiene su proceso, pero en todo caso, es bueno que siempre hagas el bien y lo correcto, y pidas al Buen Dios, Jesús, que te ayude a llevar tus cosas en tu casa, con tu familia, con bondad, y verás que las puertas, si tienes paciencia y bondad, se abrirán para ti, sea para entrar o para salir, depende de los padres que tengas; y en cuanto al miedo de ellos, o al tuyo propio, puedes defenderte de él con mucha oración y haciendo obras de caridad; no hay nada mejor para alejar el miedo, que ayudar a otros que necesitan de ti. Y hay tantos por ahí. Confía en Dios, y pide las cosas por favor, y da las gracias. No te apresures en hablar, y medita las consecuencias de tus propias palabras; y antes, mejor calla, diciendo que te lo pensarás, que tienes que meditarlo, y ya les contestarás; eso siempre calma los nervios alterados.