Saltar al contenido

Tú eres único

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Lo importante para ti, lo realmente y verdaderamente importante para ti, es lo QUE TÚ HACES Y DICES Y PIENSAS; y tienes el dominio de todo eso, ¡eres libre!; puedes pensar, puedes hablar y obrar según tú quieras, según tú te permitas; eso y sólo eso, puedes controlar, y es bueno que así sea, como es bueno que sólo te controles a ti y dejes a los demás libres, porque no hay cabida para la dictadura en tu éxito; tienes que rodearte de gente, de personas que, siendo como son libremente, sean como a ti te gusta que sean. Si quieres tener personas de honor al lado, no aceptes otra clase de personas que no sean estas; ¡y las hay!, hay personas de honor en esta sociedad de hoy; tú mismo lo eres, y como tú, lo son miles de gentes. También hay que tener en cuenta que, aunque hay personas de honor, también hay la mala tentación en la que una persona de honor puede caer, y tantas veces cae, y muchas, en nombre de un mal llamado amor, porque la persona necesita afecto y afectos. No hay que ser tampoco inhumanos o buscar la perfección en otros, sin permitirles ni el más mínimo desliz, porque la misericordia es un requisito esencial para la paz personal, y la paz es lo que necesitas para tener todo lo demás; para poder pensar, meditar, hacer planes, examen de conciencia, y vivir la felicidad mientras vas consiguiendo tu éxito; este éxito digno de tu honor, tiene que estar basado sobre la bondad tuya hacia los demás, y ¡que no te importe nada más! Que ser bueno y hacer el bien, que controlarte a ti mismo y no permitirte obrar, decir, pensar, nada malo, que perjudique tu honor, que perjudique tu alegría, porque tu alegría tiene que ser porque tú cumples con tu deber, aunque otros no lo hagan; aunque tengas enemigos que te acechan, y algunos te alcanzan y te dañan, tú procura sobre todo confiar en la fuerza que Dios te da, viviendo siempre en su Gracia, porque Dios es el escudo, es la capa que te protege de reaccionar humanamente y devolver mal por mal; pero aquí en este mundo, se puede ser como los ángeles, y elegir servir al Sumo Bien, haciendo siempre el bien y ayudando a todos con tu buen ejemplo de aguantar, de resistir todo mal y contrariedad, ¡hasta que pase!, que siempre pasa, todo pasa en este mundo; porque aquí hay tiempos de paz y de dolor, hay tiempo de hacer y de esperar, y siempre cumpliendo con tu deber, con la serenidad que da la fe y creer en que todo puede ser un bien para los que se unen al Sumo Bien y hacen el bien, por bien y por mal; y a los enemigos los tratan igual, lo mismo que al prójimo, a quien debemos amar como a nosotros mismos. Lo que hagan ellos, sean enemigos o amigos, ¡es cosa de ellos!, porque tampoco te salvas tú, ni tienes tu éxito por lo que hacen de bueno tus amigos, y de malo tus enemigos; tú eres ÚNICO, y puedes dominarte, siempre hay los sacramentos que te ayudan a conseguir ser fiel y bueno, como Cristo lo es y fue; y a Él, a Dios, te remito para que medites todo lo que te digo, todo lo que te escribo, amigo mío.