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Todos somos hermanos en Cristo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Vives en una sociedad, en un colectivo, por el que te mueves, con el que convives y te relacionas, que necesitas y te necesitan. Tienes que saber quiénes son estas personas; no tienen por qué ser tus enemigos, ni tus amigos; son ciudadanos del mundo, del planeta Tierra; son todos hijos de Dios, ¡eso sí! Por eso, todos son tus hermanos en Cristo, incluso tus hijos y tus padres y tu cónyuge. Todos tenemos un alma que por el cuerpo puede vivir en este planeta, pero que sin el cuerpo, no podemos vivir aquí, en la Tierra, por eso, cuando nos morimos, cuando el cuerpo deja de hacer sus funciones, se nos acaba el tiempo de vida, de este tránsito por este mundo terrenal, y seguimos viviendo en el mundo espiritual de donde hemos venido, por deseo y obra de Dios que nos depósito en el vientre de nuestra madre humana-terrena, cuando por el acto sexual, el esperma de nuestro padre entro en el óvulo de ella, fecundándolo, y en este mismo instante, por las condiciones óptimas de fecundación, esa alma que somos nosotros, que eres tú, diste vida a al cuerpo por la fuerza energética del alma que da vida al cuerpo y que cuando se va de él, por su muerte, deja muerto al cuerpo. Si el alma no se fuera, el cuerpo se regeneraría y viviría, pero el alma se va cuando el cuerpo la rechaza por morir, por dejar de funcionar. Alma y cuerpo están sincronizados en la vida y en la muerte; así lo hizo Dios.