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Para empresas

Todos somos hermanos en Cristo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Vives en una sociedad, en un colectivo, por el que te mueves, con el que convives y te relacionas, que necesitas y te necesitan. Tienes que saber quiénes son estas personas; no tienen por qué ser tus enemigos, ni tus amigos; son ciudadanos del mundo, del planeta Tierra; son todos hijos de Dios, ¡eso sí! Por eso, todos son tus hermanos en Cristo, incluso tus hijos y tus padres y tu cónyuge. Todos tenemos un alma que por el cuerpo puede vivir en este planeta, pero que sin el cuerpo, no podemos vivir aquí, en la Tierra, por eso, cuando nos morimos, cuando el cuerpo deja de hacer sus funciones, se nos acaba el tiempo de vida, de este tránsito por este mundo terrenal, y seguimos viviendo en el mundo espiritual de donde hemos venido, por deseo y obra de Dios que nos depósito en el vientre de nuestra madre humana-terrena, cuando por el acto sexual, el esperma de nuestro padre entro en el óvulo de ella, fecundándolo, y en este mismo instante, por las condiciones óptimas de fecundación, esa alma que somos nosotros, que eres tú, diste vida a al cuerpo por la fuerza energética del alma que da vida al cuerpo y que cuando se va de él, por su muerte, deja muerto al cuerpo. Si el alma no se fuera, el cuerpo se regeneraría y viviría, pero el alma se va cuando el cuerpo la rechaza por morir, por dejar de funcionar. Alma y cuerpo están sincronizados en la vida y en la muerte; así lo hizo Dios.

Volver a empezar

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Volver a empezar, ¿cuántas veces?, las que haga falta, si es preciso cada día, pero no dejes NUNCA la esperanza de que puedes triunfar si sabes en qué, si te preparas, si sabes hacerte un plan y perseverar, luchando siempre contra la contrariedad, los problemas que surgirán y que pocos son predecibles, porque la experiencia enseña que muchas cosas que pasan no te las esperas, y por tanto, las soluciones a las mismas, de igual manera te llegarán, vía Divina Providencia, si tú siempre confías en Dios y le expones a Él tu problema y preocupación, usando además el consejo de los expertos y confrontando las soluciones que te dan, decidas siempre bajo la premisa de hacer el bien y lo correcto, lo mejor para dar solución a la situación, que si miras atentamente siempre trae consigo una ventaja, que al buscar la solución encontrarás, acompañando el proceso de esta, y crecerás como persona y profesional. Y si te desanimas, que te ocurrirá, que sepas que es normal y que contra esto está tu voluntad de querer nuevamente levantar el vuelo y prosperar en la vida, porque tú puedes sí quieres, si sabes lo que deseas, estudias el tema y te pones en acción, empezando con los medios que haya a tu alcance y con ellos creando opciones que te lleven a las condiciones de prosperar en tus deseos de triunfar, de llegar al éxito. Busca gente de buen carácter, trabajadora, puntual y constante, que hagan buen ambiente de trabajo con un ritmo constante, que sean aplicados, estén bien informados, no se asusten de los problemas y afronten los errores, suyos o de otros, como algo normal en el ser humano, y sabiendo que estos errores siempre traerán de la mano una recompensa si se acogen con ánimo de solucionarlos y no de ir buscando al culpable para crucificarle; evidentemente si no son personas eficientes, si perjudican la marcha del trabajo, de la economía tienes que hablar con ellos y darles las opciones reglamentarias del Ministerio de Trabajo, y antes de contratarles, entérate bien de saber a lo que te comprometes de aceptarlos como parte de tu plantilla de trabajo. Te recuerdo que los enchufados, los que vienen muy bien presentados por amigos, familiares y conocidos, pueden ser lo que dicen ser o puede que no lo sean, haz unas normas a seguir en tu empresa, despacho, tienda, oficina, etc., y tenlas en cuenta a la hora de contratar personal. Hay personas con talento y otras con descaro, algunas aparentan y otras le ponen ganas a todos los temas que les competen. Piensa que son personas y su vida personal les va a influir en su manera de actuar, de vivir, de trabajar; por esto es bueno que te hagas un perfil apropiado teniendo encuentra tus necesidades de tipo de personal que necesitas para cualquier estrategia; el engranaje del buen funcionamiento depende tanto del personal como del líder y del dueño o socios, también los ejecutivos tienen sus más y sus menos, hay muchos que son agresivos y buenos y otros que no dan de sí el ciento por ciento; algunos que llevan su voluntad férrea por dentro y por fuera tienen buen trato con los demás; esos son muy importantes para que la buena marcha no desfallezca, y sobre todo hazte cargo de los comerciales, y de los de la sección de ideas de marketing, porque si tienes un buen producto y queda en las estanterías, sin vender, eso no es rentable y aunque el producto sea de la mejor calidad, y tú lo sabes, tienes que darlo a conocer, porque los demás sólo saben si se les informa. Controla la producción y contrata a personas competentes, amables, educadas y que tengan la capacidad de valorar la oportunidad que tienen de trabajar contigo. Hay muchas clases de personas, como de circunstancias, y por lo tanto tienes que poner un especial interés en saber a quién contratas; y si te equivocas, porque han venido a la primera visita con careta y luego ves su verdadero rostro, no te desmoralices, prepárate antes y estate al tanto de cómo funciona en tu país todo el asunto del Ministerio de Trabajo. Y aprovecho para decirte, que no olvides las condiciones de sanidad, ni de buenas costumbres del personal, porque son horas de convivir juntos, trabajando para llegar a una meta común, el éxito de la empresa, luchando con la competencia y estando muy preparado porque hay clientes que para sacar ventajas ven al Organismo de Consumo, un aliado, para devolverte los productos aún que hayan sido usados; hay mucha pillería en estos días y siempre, es bueno que los buenos no sean tontos, sino que como Dios sugirió, hay que ser astutos como serpientes y mansos como palomas, para no hacer daño a nadie y que nadie te dañe a ti, seas empresario, padre de familia, profesional individual o empleado. No te desanimes porque te haya hablado claro, ya que sabiendo lo que hay y puede haber decides mejor si vale la pena dedicarte a un tema o prefieres cambiar y triunfar en otra materia, porque hay muchas cosas que puedes hacer para lograr el éxito que deseas y yo te deseo también. ¡Planea!, haz planes que puedas soportar y alcanzar, teniendo en cuenta todos los pros y los contras que todas las cosas que valen la pena, tienen siempre y según la persona que seas tú; busca tu misión en la vida más que por la ilusión, con ilusión en lo que tienes capacidad de hacer más que en lo que quisieres hacer, porque si tienes sesenta y cinco años y eres de mediana estatura y nunca has hecho deporte, si quieres decidirte a dedicarte a ser jugador de básquet, un campeón profesional, por mucha ilusión que tengas, lo tendrás más que difícil, imposible, porque las cosas en el deporte son así, hay unas normas físicas, unos requisitos que no van contigo. Aprende a ser tu mismo tu consejero, porque no hay nadie más sincero que uno mismo, si quiere serlo.

Ser rico millonario

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Dios tiene el poder, todo el poder está en Él; formó los cielos y la tierra. Solicitando su ayuda, y además de ello, entregándonos al trabajo duro y tenaz para ser ricos, millonarios, no por el poder del dinero, sino POR LA EFICACIA DEL TRABAJO BIEN HECHO, porque todo se paga en esta vida, también se recibe el pago de un trabajo laboral bien hecho, Dios nos dará, por su poder, lo que deseemos que nos dé Él, sabiendo que viene de Él, y que es un regalo suyo, que nos da por las oraciones de confianza que elevamos a Él, para el bien de nuestra alma y el bien mundial; porque hace falta, mucha falta, que personas buenas y honradas, tengan dinero, sean ricas y millonarias, para dar oportunidades a los demás de tener éxito, ya que cuanto más compartes con las personas, más recibes de la vida; porque la riqueza se crea, es producto de los talentos, es el pago de un trabajo siempre bien hecho. Te animo a que te animes y animes a los demás a desear prosperar, a querer ser rico, millonario, en dinero, en fe, para creer y pedir, y en bondad, para conseguir eso que te dará tu éxito. El dinero debería ser para invertir y crear nuevos y buenos puestos de trabajo, donde personas de honor, pudieran realizarse y santificarse trabajando y haciendo una buena labor, ¡la mejor!. El buen líder saca de los demás, lo mejor de sí mismos, como los profetas, y ayuda a la empresa, como el sacerdote ayuda a la Parroquia a la cual pertenece, cuidando de sus feligreses, como el líder cuida de sus empleados, porque el trabajo es un medio para ayudar a los demás a sacar lo mejor de sí mismos, para que se sientan realizados, sea cual sea su cargo, incluso el que envuelve los paquetes, es parte del engranaje de servir un buen producto a los clientes; al igual que el personal de la limpieza, que es tan necesario para mantener las cosas higiénicas, limpias y ordenadas, para que el trabajo de los demás se realice mejor, por tener, por estar en condiciones de higiene y limpieza, que son parte de la belleza exterior y que ayuda a hacer una buena labor, como la hace el inventor. El producto adquirido que ha sido envuelto por el competente trabajador, que siendo parte de la empresa, ayuda al producto a llegar al consumidor. Y así en todo, porque hay quien ahora puede ser el que empaqueta, y sueña con ser otro día dueño de su propia empresa, y puede serlo, ¿por qué no?; ¿quién lo impide?, ¿quién puede impedirlo si tiene a Dios y así mismo? NADIE; pero en todo hay un proceso; primero el deseo, luego conocer el medio, informarse de lo que quieres hacer y qué es lo que necesitas para conseguirlo, y preparar tu plan, sin dañar a nadie, siempre seguro de que hay una oportunidad para ti, y Dios te las irá entregando a medida de tus posibilidades, que irán creciendo entre oportunidades y derrotas temporales, sea por culpa de otros, sea por errores tuyos, sea por causas inesperadas, problemas, y digámoslo claro, también puede ser que tus enemigos no quieran que consigas lo que ellos no han conseguido, o sí lo tienen, y no quieren que tú también lo tengas. Todo esto puedes, podrás superarlo, siempre haciendo el bien y confiando en Dios, que es infinitamente bueno, misericordioso y todopoderoso; hazle tu socio, tu confidente, tu Dueño y Señor, al que quieras servir con toda tu labor para hacer un mundo mejor, donde la pobreza sea abolida, donde las oportunidades de mejor vida, sean para todos, y la gente pueda ser persona y tener pan y techo, amor y respeto; y todo esto puede darlo Dios mismo, a quien se lo pida en nombre de Jesucristo.

Planea tu vida

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El éxito, estando al alcance de todos, muy pocos lo tienen, por eso no hay que hacer lo que hacen la gran mayoría, los que no tienen éxito; ellos miran la televisión y revistas hechas a su medida, para entretener y no pensar, porque en el pensar está la primicia de querer prosperar éticamente en esta vida. El dinero por el dinero, nunca te dará éxito, sólo dinero, y el dinero no es éxito, el dinero es sólo dinero; el éxito es tuyo y el dinero, aun siendo tuyo puedes perderlo, te lo pueden robar, lo puedes extraviar, malgastar o invertir, puede desaparecer en una crisis mundial o personal, pero el éxito SIEMPRE VIVIRÁ EN TI, porque el éxito ERES TÚ. Es decir, tú con tu forma de ser, con tu carácter, con tus obras, haciendo el bien, lo bueno, lo correcto, el cumplimiento fiel de tu deber; esa fuerza de TUS HECHOS, ¡NADIE TE LO PUEDE QUITAR, ROMPER O ROBAR O PERDER!; te pueden debilitar en algún momento, sobre todo cuando los que amas no te aman, pero nunca estarás solo si te tienes a ti mismo, porque tú y sólo tú eres tu éxito, si unido a Dios haces en tu corazón una unión, una sociedad con Él, para tener tu éxito, el de ser el mejor, el de sacar lo mejor de ti en cada momento, en cada situación, para que digan que tú eres un hombre de honor. Si quieres tener éxito, no hagas lo que los demás hacen; tú, prepárate un plan de vida, sé tu propio coach y prepárate para tus metas; si quieres tener tu propio negocio, dedícate a saber de él; si quieres ser un buen abogado, que toda la ley y toda la astucia esté presente en tu mente; si quieres tener una empresa, ante todo, ama a las personas, porque trabajar, tener trabajadores, es como tener hijos, a los que debes servir y sacar lo mejor de ellos para el bien de vuestros clientes, dando buen ejemplo a tus proveedores. Si quieres un feliz hogar, no busques un cónyuge cualquiera, que sea semejante a ti en sus deseos y metas, para hacer un vínculo indisoluble, luchando juntos y unidos, siempre para el bien vuestro y de vuestros hijos. Si quieres tener buenos amigos, ¡lo mismo!, elige personas con ideales y no comunes y vulgares, personas que admires en algo, que cuando te den la mano, no sea para hundirte, sino para elevarte con sus propias y buenas experiencias de vida; tener amigos para no estar solo, te llevará a la ruina moral y espiritual, si no sabes elegir entre el bien y el mal; y lo mismo te digo en la familia; es bueno tener buenas relaciones familiares, es grato hablar con parientes y sentirse unido por la sangre; sé siempre bueno con los de tu familia, aunque ellos no lo sean contigo; con ellos, JAMÁS devuelvas mal por mal, porque este mal recaería también sobre los tuyos, porque sois familia. Todo esto lo puedes planear, disfrutar de planear tu vida, digamos, como si tú fueras una máquina, y perdona la comparación, que no lo eres, ¡no lo soy!, pero imagina tu cuerpo como esa nave, ese vehículo que lleva por la vida, a lo que también eres: alma bendita, porque Dios te Ama, y por Amor y con Amor te creó y te cuida, y quiere que hagas una buena carrera humana en la tierra, que tengas muchos triunfos, porque es bueno, si triunfas teniendo éxito. Tú planea, disfruta de planear tu ruta, esta que con tu cuerpo vas a dar al alma, que quiere vivir y demostrar TODO LO QUE PUEDE DAR; porque tú puedes dar mucho más de ti, aunque quizás ahora mismo no lo sabes, no te has enterado, porque a lo mejor, has pasado buena parte de tu vida frente al televisor, mirando lo que hacen otros y olvidándote de vivir tú, de hacer lo que quieres hacer, que seguro  NO ES ir mirando lo que hacen los demás; eso jamás te dará tu éxito, porque no es nada tuyo lo que hacen los demás, sea el bien o el mal, y precisamente en la televisión no abunda el bien, más bien muestran el mal que otros hacen, porque pocos saben cómo tener éxito, cómo ser mejores y hacer rendir los talentos que Dios nos da a todos; sí, también a ti. Te animo a elegir la programación de la televisión, a que tengas voluntad para programar tu vida y tener el éxito que te mereces y que está a la espera de que decidas tenerlo. ¡Dios te lo da, si quieres! ¿Quieres tu éxito? 

Medios para tu éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Amigo, quizás tú tengas muy claro cual quieres que sea la meta de tu éxito, pero no sabes cómo hacer realidad tus deseos; quizás quieras dinero, una vida de éxito, pero no sabes cómo llegar a alcanzarlos, con qué medios. Quizás tú quiere una vida de éxito en la paz y la felicidad de una familia, pero no sabes cómo lograrlo. A lo mejor te ves capaz de dar más de ti mismo en una actividad artística, pero no tienes ni idea de cómo conseguir el éxito en ella. Te lo diré: acude a Dios que todo lo sabe, y cuéntale lo que quieres y pídele te guíe para lograr el éxito en eso que tanto anhelas. Y verás como Dios te inspirará pensamientos en donde hallarás lo que te falta: los medios, como hacerlo para llegar a tu éxito. Dios te conoce bien y sabe quién eres y lo que necesitas para llegar a tu meta deseada, y Dios al ser Dios, sabe todo de todos y todo, y te pondrá en marcha para que la Divina Providencia rija tu vida. Si le has contado a Dios tus deseos, esa meta que quieres alcanzar y que no sabes cómo lograrla, ¡estate atento, vigila, estate alerta!, porque Dios Espíritu Santo te guiará por el camino adecuado para conseguir tu deseo realizado; no digo que todo te sea fácil, ¡que no lo será!, porque todo bien, para ser logrado, tiene que luchar con mucho mal, que le saldrá al paso. Tú, estate alerta, porque Dios permitirá que terceros te den pistas de lo que debes hacer, para llegar a tu éxito, quizás tengas que leer mucho, estudiar, preguntar, aprender, asociarte con alguna persona de talento y que desee tu mismo éxito, a lo mejor necesitarás de contactos, de amigos o clientes, quizás, muy seguro, necesitarás conocer gente, y esas personas queriendo o sin querer, te irán llevando a la consecución de tu sueño, a hacer realidad ese sueño de prosperar de llegar a ser, a tener lo que quieres. ¡Nunca te rindas!, y que en tu camino siempre y sólo hagas el bien, lo bueno y lo correcto, sin apartarte jamás de cumplir con tu deber; eso es lo primero, hacer lo que tienes que hacer por lo que eres y dónde estás ahora, y todo llegará de la mano de la Divina Providencia. El que quiere éxito tiene que trabajar, luchar, ser persistente para alcanzarlo, no digo que debas esperar, porque esperar parece ser estar sin hacer nada, y eso no se puede hacer jamás, el estarse sin hacer nada, siempre, siempre, hay que luchar y moverse, sea estudiando, perfeccionándose, en la obra que uno quiere hacer y tener éxito en ella, quizás primero debas ser empleado antes de ser dueño. Ten paz y la seguridad de que si dejas a Dios que te guíe, lo hará, tú, ¡estate alerta!, y vigila y pon los oído y los ojos al servicio de tu vigilancia, porque Dios te irá acercando pistas, oportunidades para conseguir eso tan importante para ti: ¡tu éxito!

El éxito externo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: No es lo mismo lo tuyo que lo de los demás; tú puedes y debes de decidir en tu vida, y cada quien decide en la suya, ¡lo quieras o no!; busca personas que decidan en su vida lo mejor para ellas mismas y que es hacer el bien y lo bueno; lo correcto; el cumplimiento fiel del deber. Esas personas que estén junto a ti y te alimenten la alegría con sus obras hechas a ti y a los demás con paz y caridad. Que hay, ¡hay!, y las encontrarás si es tu ferviente deseo, si lo decides en tu corazón hallarlas, si no te conformas con menos; sean personas que necesitas para formar una sociedad comercial, o trabajadores para tu negocio, o buenas amistades para disfrutar de la vida, o una persona única para ti, para hacerla tu cónyuge y definitivamente formar esa familia ideal y de éxito, el éxito personal de cada uno de los cónyuges; y siempre haciendo el bien, y siempre cumpliendo con el deber de estado y la vocación individual de desear, querer, buscar ante todo el Reino Celestial; ese Paraíso perdido, ¡que existe!, y es el Éxito en mayúsculas que cada uno puede obtener si quiere. Dios no lo veda a nadie, es más, Dios lo entrega a todos, todos lo podemos tener, ¡yo quiero ir al Paraíso!, ese lugar que es el verdadero lugar que Dios quiso que viviéramos, allí donde el éxito es perpetuo y completo; por eso no me importa trabajar duro, esforzarme y renunciar a lo que sea que me aparte del lugar al que verdaderamente me destino Dios: El Jardín de Edén. Hay que tener una meta, una esperanza y vivir para ella, y no hay mayor éxito que el Éxito Eterno, el que nunca se acaba, jamás se termina, el de la vida después de esta vida terrenal, la vida sin final de la Gracia; donde gracias a Jesús, Dios, podemos ir todos los que quieran, y tú, aunque hayas cometido muchos errores en tu vida, aunque tu imperfección sea mucha, de ahora en adelante puedes trabajar para esta realidad que nos espera si queremos, porque es libre el éxito, quien lo quiera lo tiene, se gana con la fe, con creer y pedir, con confiar y dar siempre el bien con Caridad. El éxito está a tu alcance, porque es tuyo, lo tienes por lo que deseas en tu corazón y lo pides a Dios, con toda tu alma, haciendo siempre el bien, lo correcto, lo justo, ¡el deber cumplido!. Quién cumple con su deber con caridad, este tiene éxito y nadie se lo puede arrebatar, porque él sabe, siente que está bien consigo mismo, porque Dios y él son uno. Vivimos en este mundo para irnos al mundo de Dios, al Reino Celestial, para siempre, y aquí es donde ya nos asociamos con Dios y vivimos en Él y con Él, y Dios nos da el éxito, la paz; la alegría de vivir viviendo haciendo el bien, lo bueno lo correcto; el cumplimiento del deber; ¡esa sí que es la alegría que jamás nadie te puede quitar!, el que en todo hagas lo mejor, des lo mejor, ¡seas el mejor!, ¡que satisfacción hay en la santidad!; todos estamos llamados a ser santos, a superarnos y hacer lo correcto, lo más y mejor que podamos en todo, y este es el éxito, aun dependiendo de los resultados momentáneos, porque a veces parece que perdemos, pero el que vive haciendo el bien y lo correcto, ¡dando lo mejor de sí!, éste siempre tiene éxito. Tú tendrás éxito cuando decidas vencerte en lo mediocre y lo mal que podrías hacer y luchando contigo mismo hagas el bien lo correcto, ¡lo perfecto!; ser santo: tener éxito por amar tanto a Dios, a ti mismo y a los demás, que no quieras dar nada malo de ti, por amor, por dignidad; ¡porque sí!, porque tú puedes tener éxito; el éxito lo da Dios, se humilde y pídele ser mejor y dar el bien y hacer lo bueno; ¡tú puedes!, con Dios puedes tener éxito, incluso allí donde antes fracasaste; porque Dios hace nuevas todas las cosas y a todas las personas. Tú, tú eres una persona de éxito. ¡Adelante con ello!, vive tu éxito y propaga tu éxito, el de ser lo que quieras ser y hacer, pero siempre unido a Dios y siendo todos tus deseos buenos y para ser mejor y para servir a los demás, sirviéndote a ti mismo, con esa dignidad del que sabe que hace lo correcto y que pase lo que pase, aunque otros triunfen, él éxito es siempre tuyo por intentarlo y porque también triunfarás, porque es lógico, que quien da recibe, y si das lo mejor de ti, vas a recibir lo mejor de la vida. Tu principal enemigo para tu éxito, eres tú mismo, porque si desistes o te dejas vencer y no das todo lo bueno y el bien que puedes hacer entonces sabes, sabrás que no te mereces el éxito, el éxito es sólo para los mejores, los que se mejoran así mismo cada día; tú, con la ayuda de Dios y la Virgen María, cada día puedes ser mejor y dar lo mejor de ti, y este es tu éxito.

Tu éxito eres tú y lo tuyo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tienes que saber que en la vida vas a tener muchos desengaños, de personas que amas, y algunas dicen amarte, pero sus obras son bien distintas a sus palabras. Debes saber que pasará esto, tienes que tener la certeza de que ocurrirá y que lo más importante para ti, es que tú no te desengañes a ti mismo; mientras tú seas fiel a ti mismo, con una buena moral en conducta y entendimiento, con esa paz que tienes al finalizar tu examen de conciencia bajo la luz de los diez Mandamientos, y tengas todo tu corazón lleno de amor para Dios y paciencia para los que no son como deberían, para los que te desengañan y no lo esperabas; piensa que se están formando, la vida forma, y se han equivocado; ¡déjalos equivocarse!, pero tú no te equivoques, acepta que ELLOS ESTÁN EQUIVOCADOS, no cuestiones la bondad y el bien que siempre TODOS tenemos que hacer; si ellos han dejado de hacerlo, no llames por eso bien al mal, porque algunos caen en este error, porque no pueden vivir sin su amor, y lo que hacen es dejar la moral de lado para adaptarse a lo que hace esta persona que aman y que de no aceptarlo como válido, ¡que no lo es!, ella, esa persona, los desprecia, los aparta de su lado; y si crees que adaptándote a ella, vas a continuar recibiendo su querer, no será así, porque el cariño se da, jamás se compra rebajando nuestra identidad. Al contrario, tienes que seguir en tu línea de conducta, con tu moral, y dar siempre buen ejemplo; porque todo pasa, menos Dios. La moda, el dinero, el triunfo; todo pasa, menos el Amor con que Dios te Ama. Y si confías en Él, aunque tú quisieras que fuera esta persona débil, quien te amara, Dios te acercará otra, que no será ella, otra que será mejor; pero ¡cuidado!, porque la vida también te acercará personas con apariencia de bondad pero serán y son otras tantas como la que hoy te ha desengañado. Para saber reconocer quien es quien, sé tú como quien a quieres querer y verás que sabrás muy bien como son los “síntomas” de la persona semejante a ti. Dale esperanza a tu vida, y aunque sea tu cónyuge, tu padre, tu hijo, un amigo, un novio, un hermano, quien te ha decepcionado, Dios puede suplir su amor, el que te han negado por las obras, aunque sus palabras y besos pueden ser como los de Judas, porque hay quienes dicen y no hacen, pero dicen y dicen, y sus palabras mienten porque sus hechos no son reflejo de ellas, aunque tienen escusas, miles de escusas y también creen tener todo el derecho del mundo de actuar como hacen. Además de poner todo tu total amor en Dios, pon también tu confianza en Él. El éxito tuyo es tuyo, y poco o nada tiene que ver con que hagan o digan los demás. Si tú persigues el éxito, tienes que saber, ya de ya, que vas a padecer muchos desengaños, también en negocios que serán un fracaso, ¿y qué?… No pasa nada, ¡no era lo que tenía que ser!, ¡acéptalo!, como tienes que aceptar que esa, esas personas no dieron la talla, se cansaron y decidieron que ya tenían triunfo y por lo cual, dejaron de perseguir el éxito, quizás prefirieron el dinero al amor, o quizás el sexo al amor, o la fama a un hogar en amor y paz; ellos lo decidieron, y quiero que sepas que muchos que lo hicieron también, luego, con el tiempo, como tú se desengañaron, otros no, otros siguen y siguen teniendo triunfos y apartándose cada vez más del éxito, porque el éxito es tuyo, no te lo dan otros o el dinero que recibes o la fama que te dan o el amor con que te aman; el éxito ERES TÚ, está dentro de ti, en tu manera de vivir, de obrar y aceptar a los demás, en tu manera de dar libertad a todos y haciendo que respeten la tuya, porque tú vas a por el éxito, este éxito de hacer el bien y lo correcto, este éxito que en la vejez te dará la paz y la alegría, sí, SIEMPRE tendrás al lado a personas que te amen de verdad, aunque algunas de las que tú amaste te decepcionaron porque prefirieron el triunfo al éxito. Que lo sepas; van a decepcionarte, pero lo importante para ti, es que tú no decepciones a nadie haciendo el mal. Tú eres el que vale: tú. Acuérdate siempre de amarte y respetarte y decidir ser libre de ser bueno y hacer el bien y no “venderte”, ni por amor o dinero. Tu éxito eres tú y lo tuyo.

El éxito reside en ti

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hablemos del espejo, sí, del espejo, de mirarte tú al espejo, para verte. Si Dios hubiera querido que las personas nos viéramos de fuera nos habría dado unas cualidades para tal fin, pero sólo podemos vernos a trozos y totalmente por dentro, si uno se entretiene en indagarse, en contemplarse a la luz de lo que quiere llegar a ser. No importa lo que nos falte para llegar al éxito, lo importante es saber cómo tener éxito, y el éxito reside en ti, seas como seas físicamente. El paso de los años deja señales en nuestro cuerpo, por eso es difícil creerse que uno tiene éxito como es físicamente, y si se mira demasiado, empieza a compararse con otros, y eso no es bueno para nadie que quiera ser bueno y hacer lo correcto. ¡Fuera espejos!, y bien venidos al examen de conciencia. Eso sí que será un punto de apoyo para poder perfeccionarte en la búsqueda de tu éxito, en la realización personal cada vez dando más de ti a los demás, aunque te chasqueen, te critiquen, te desprecien, se burlen, te calumnien y digan toda serie de mal contra ti. No te entretengas mucho en tu físico, puedes mirarte al espejo para verte, ¡desde luego!, pero obsérvate desde dentro y el que es feliz interiormente siempre se ve bien. El que está contento de su trabajo, de ser como es, este se ve bien y se cuida mejor, porque está contento de uno mismo. Por eso, si quieres cambiar algo de tu exterior, hazlo, ayudándote con tu bondad, con ser bueno y resistiendo a devolver mal por mal, o a dar mal por tener mal humor, o tener una mala tentación. Tú resiste siempre a lo malo, al mal. No quieras saber nada de lo malo, y en cuanto a los que obran mal, ¡no vayas con ellos!, porque te apartarán de tu éxito y serás solo parte de su triunfo. Tú, a lo tuyo, ¡a tu éxito!, ¡el tuyo!, que siempre será algo bueno para ti y los demás, porque de lo bueno sólo sale el bien. El espejo que tú necesitas es una buena conciencia limpia, es saber lo que está bien y lo que está mal, y elegir libremente y con voluntad de ganador, hacer siempre el bien y sólo el bien; porque tú eres el mejor, el mejor que puede decidir hacer lo bueno en ti y contigo, rodeándote del éxito, que es lo bueno que hay en la vida, en los que son buenos, como tú quieres serlo, ¡que hay!, porque muchos, cada vez más, hay personas que se cansan de triunfar y quieren el éxito; tu éxito; ser bueno, cuanto más, mejor. Por honor.

Tu éxito o el triunfo de otros

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hay los que no saben pedir perdón, y hay los que astutamente van pidiendo perdón, y así, si se equivocan y yerran, piden perdón toda la vida, y jamás se esfuerzan en no errar, porque ven en pedir perdón, la salvación a su falta de carácter, para hacer el bien siempre y no equivocarse en no hacer lo correcto. Se lanzan a sus deseos y ¡viven la vida!, pensando en que luego piden perdón, y el bueno, lo perdona. Creen que perdonar es sinónimo de dar otra oportunidad y volver a empezar, y no es así, perdonar es una cosa necesaria para el que es bueno y quiere hacer el bien y dar la libertad a los demás, esa misma libertad que protege, en sí misma, porque la libertad de otros en ser libres, es la de uno mismo, y ser libre también, igual, lo mismo que los demás; esa libertad de pagar por lo que se hace con la misma, recibiendo lo bueno o lo malo, porque todo acto, toda palabra, es devuelta; toda acción de la persona, toda palabra, viene de vuelta a nosotros, y todo pensamiento reiterativo se hace palabra o acción, y recibe también su compensación. No es lo mismo decir: “Perdóname”, que decir: “Dame otra oportunidad”; pueden decirse las dos cosas, sí, pero jamás el perdón puede sustituir a pedir otra oportunidad. Cuando alguien te pide perdón, perdónalo, es más, perdona a quien te daña, aunque no te pida perdón, y da una oportunidad a quien desees dársela, aunque no te pida perdón o sí te lo pida; porque la oportunidad que tú des a otros, no es por el perdón que te pidan, sino por si tú, libremente, decides darle esa oportunidad. Evidentemente, en asociaciones como el matrimonio y en la familia, muchas cosas se perdonan sin pedir perdón y siempre hay la oportunidad de seguir la relación, si a uno le interesa; lo mismo puede pasar en una sociedad legal, pero en un noviazgo, en una relación de amistad o posible sociedad, si tienes que perdonar según qué cosas, incluso en el matrimonio y la sociedad, la infidelidad y el robo, son actos que se tienen que perdonar siempre, pero no condicionan a seguir con la sociedad. Porque hay quien peca y confía en la bondad del que busca el éxito, para llevar una vida egoísta y haciendo sufrir al que es fiel y tiene buenos sentimientos. No te dejes robar tu amor; tienes que amar y ser amado, con obras y palabras; si hay infidelidad, es que no te aman, y punto. Nadie que trabaja en una empresa va a otra a darle sus confidencias; cualquier persona entiende que hay una ética comercial, ¡y la hay!, como la hay también en el amor, en la amistad, en todas las relaciones humanas. Y ser bueno y hacer el bien y lo correcto, para llegar al éxito, es perdonar y a veces negar la oportunidad de “volver a empezar”. Hablo en líneas generales, porque cada quien sabe lo que perdona, a quien perdona y a quien quiere a su lado para compartir ese éxito, que no será posible si tienes a gente que te hace sufrir continuamente. Debes elegir, o tu éxito o el triunfo de otros.

Nunca sale un bien de un mal

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Lleva las cuentas claras, paga tus impuestos, si puedes desgrava, pero que todo sea bajo la ley, para que no tengas problemas, ni de conciencia ni legales; búscate un buen contable, un buen abogado y un economista en finanzas, que te digan las cosas claras, porque muchas veces, por no saber, se fracasa. Pudiendo hacer las cosas bien, no las hagas mal, ni en tus negocios ni en tu vida personal y familiar. ¡No tengas dos vidas!, ¡no lleves dos cuentas!, piensa que el éxito lo da Dios, y Dios no está en la mentira, sí en la astucia y en las obras de misericordia; quiero decir que la ley, siempre, si se sabe, puedes hacer que esté a tu favor, si haces las cosas bien, con buena intención, buenos medios y recibiendo buenos beneficios. Las trampas no acortan el camino, alargan los fracasos. No se puede coger un atajo con los números, porque siempre son claros; dos más dos, siempre son cuatro. Así que no pienses en tener éxito defraudando al Estado, porque no vas a conseguir más que algún que otro triunfo, pero el éxito, eso no lo podrás lograr ¡jamás!, si no haces las cosas correctamente, bien hechas, haciéndolas siempre con legalidad y lo mejor de lo mejor, haciendo toda tu labor para ti mismo y para Dios, que vive en ti, y ese Dios que todo lo ve, te ayudará y te aplaudirá. Si algo no puedes hacer legalmente, busca otras opciones, pero sé siempre legal, porque nunca sale un bien de un mal. Ingéniatelas; que tus socios y tú, penséis en opciones nuevas, mejores, aunque sean caminos más largos, pero ¡llegaréis seguros!; si coges atajos, podéis perderos en el camino, y esto no es ningún éxito. Y lo mismo va con lo que hagas con tu futuro cónyuge, porque hay cosas que son propias del matrimonio, ¡no valen los atajos!, ni para los negocios ni para el amor humano. ¡Cuántos hay que han fracasado y fracasan por no mantenerse en el plan de lo natural, de la ley moral!