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Para empresas - 3. página

La persona de éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La persona de éxito es la que tiene éxito en las cosas, en cada cosa que, durante el día, va superando, haciendo el bien y lo correcto, haciendo su currículum perfecto, el de afrontar sus acontecimientos pudiendo aplicar siempre su voluntad; ¡ése gana!, el que hace lo que quiere hacer en cada momento, ¡el que es libre momento a momento; ése tiene éxito!, porque el triunfo es una cosa semejante pero distinta del éxito, yo te hablo del éxito; no sólo del triunfo, sino del éxito total, global, en tu vida; ése sí que lo puedes lograr, ese vivir en paz siempre, pase lo que pase, ese hacer siempre lo correcto, aunque los demás no lo hagan, incluso no lo hagan en tu presencia, en tu propia cara, y te agredan y te insulten para que dejes tu voluntad de ser bueno y hacer las cosas bien. Por ejemplo, la de sacar un producto a la venta con las óptimas cualidades, aunque no puedas abaratarlo porque tus rivales comerciales lo tengan a mejor precio, pero abusando del consumidor, al que no le ofrecen lo mejor, sino un engaño para ganar dinero y dinero rápido; tan rápido que, de la misma manera que entra, se pierde, porque al cliente le puedes engañar una vez, pero no siempre; y es mejor darle lo mejor y tenerlo como cliente de por vida; ¿no crees?… Las grandes riquezas comerciales, se han hecho por dar lo bueno, lo mejor y a bajos precios, aunque ganando menos; por tener clientes fieles a lo bueno, te llevan al éxito duradero, no una temporada, sino toda tu vida. Lo mismo si das lo mejor de ti en tu matrimonio, en tus relaciones sociales, porque todos quieren lo mejor de ti, y quien recibe lo mediocre de otro, acaba aburriéndose de no recibir el 100% y abandona a la persona, a las personas, que no lo respetan dándole migajas, entregándole lo mediocre, sin el esfuerzo de darle lo mejor de sí mismo; entonces ven que no los quieren de verdad, porque en la verdad está el deseo de lo mejor. Tú puedes tener defectos, defectos que aún no has superado, pero todos pueden ver y ven tu lucha por superarlos, ¿cómo?; pidiéndoles perdón humildemente, por no haber hecho lo bueno, lo correcto, por haberte dejado llevar por el temperamento y no por el carácter. La gente ve que luchas, ve que luchas cuando ve que le eres fiel, cuando hablas bien de ellos y cuando superas sus defectos con tus virtudes. Voy a repetir esto último, porque es lo que hay que hacer, supera los defectos de los demás con tus virtudes; suple los defectos de los demás con tus virtudes. Triunfa, ¡ten éxito!, con un carácter bien formado, con la disciplina de la persona de bien, que puede vivir la mortificación de aceptar los defectos de los demás, sacrificándose por una vida, una relación, de paz. ¡El éxito lo haces tuyo, cuando controlas tus cosas, cuando controlas tu persona, por unirte interiormente a la Divinidad, que es Dios que vive en ti, y contigo te da el éxito para triunfar!

El miedo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tener miedo es algo normal, y enfrentarse a él es lo natural. Uno tiene miedo, analiza las causas y las comenta consigo mismo, en intimidad con Dios; si es necesario, pide consejo a otros sobre la cuestión que le da miedo, y con la información, lo afronta y decide qué hacer para lograr vivir en paz. Porque el miedo quita la paz, es la alarma de que algo pasa o va a pasar. Siempre hay que hacer caso a la alarma del miedo, que suena en nuestro interior avisándonos de que hay que revisar algo en concreto, que hay que informarse de esto que nos produce ese miedo natural de aviso. Al miedo no hay que tenerle miedo, al contrario, es una bendición esa alarma de aviso. Jesús, Dios, tuvo miedo la noche de su calvario, y le avisó el miedo de que iban a traicionarlo, y oró, se preparó para enfrentarse con paz a los acontecimientos que, por los otros y su libertad, le entregaban como vivencia en su vida. Y, ¡cuántas veces el miedo nos avisa de unos socios, de unos amigos, de unos hijos, de unos padres, de unos familiares, de un cónyuge que nos va a traicionar!, y por el miedo podemos afrontar el peligro de esa agresión a nuestra propia libertad. El miedo siempre es bienvenido. Tú no tengas miedo al miedo, al contrario, cuando tengas miedo, ponte en oración y pide consejo a Dios Espíritu Santo, consejo y su protección, y con raciocinio, busca, indaga ese aviso, esa alarma que el miedo te da, porque el miedo te da ventajas, como la de prepararte para superar eso que te produce miedo. Así que nada de tener miedo al miedo, ¡al contrario!, sé realista y dale las gracias al miedo que te avisa de que van a ir contra tu libertad, que algo está pasando o va a pasar y que no es lo que tú quisieras, y ¡prepárate para ello!, tenlo en cuenta y da gracias a ese miedo que tienes porque será el que, al afrontarlo, te llevará al éxito de este fracaso que se te avecina y del cual, el miedo te avisa. ¡Deja que el miedo te avise de que algo está pasando o pasará!; la vida de paz es consecuencia de unas buenas estrategias para tener en tu vida lo que decidas y quieras, lo que desees y pidas por ello a Dios, que todo lo puede. Enfréntate al miedo y vive la paz en tu vida.

Hazte socio de Dios

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hay pocos que crean que se merecen triunfar y tener éxito, porque como han hecho muchas cosas mal, creen que por haber hecho las cosas mal, no se merecen el bien. Y en parte es así, es normal que uno piense esto, porque lo natural es recibir bien por bien y no bien por mal. Leamos el Salmo 1, ese que alaba al que nunca ha ido con malos y nunca ha hecho el mal, pero, pocas personas han actuado así. Y sigamos siendo sinceros y diciendo la verdad. Sabemos que Dios nos Ama y nos perdona SIEMPRE y que nos quiere dar todo lo que le pidamos, y leemos en los Evangelios, una y otra vez, que Jesús, Dios, decía: “¿Qué quieres de Mí?” …Dios puede cambiar tu vida, todo tu entorno, todas tus cosas, porque te haces socio de quien no ha hecho nunca el mal, con quien siempre ha sido bueno, ¡con el Rey de Cielos y tierra!, y con un socio así, ¡el éxito es seguro! Todos saben que para tener un posible éxito, si uno se une a un socio capitalista, a un socio que entiende del negocio con el que quiere tener éxito, tiene ventajas; la vida comercial le será más fácil, podrán afrontar los gastos con la tranquilidad que da el capital, el dinero que el socio capitalista aporta a la sociedad, así como tendrá más clientes y buenos proveedores por el buen nombre del socio, y los bancos siempre estarán dispuestos a darles buenos créditos a bajo interés porque saben que tu socio es una persona de confianza y que viene respaldada por el dinero, la buena fama y su carácter perfecto, que hará que vuestras relaciones sean cordiales y fructíferas. ¡Quién tuviera un socio así! Pues puedes tenerlo, ¡y gratis!, porque mejor que Dios mismo, ¡nadie!, así que entra en ti mismo y únete allí al Dios que te creó por amor, que te salva por tu fe y las obras que demuestran que realmente y verdaderamente crees en Él, y estas obras son tus éxitos en el bien y lo bueno. Quien triunfa mientras va luchando por el éxito, éste disfruta de la vida, momento a momento, porque en cada momento hace lo correcto, y hacer el bien pudiendo hacer el mal, ¡esto es un éxito! Haz tu vida llena de éxitos, por ser bueno y hacer el bien, como manera de vida para recibir lo que das. Y hazte socio de quien siempre ha sido bueno, ¡Dios!, y Él suple todos tus errores pasados, te levanta de todas tus flaquezas, aprendes de su vida, e imitándole, imitando a Jesús, Dios, te unes en sociedad indisoluble por la voluntad de vivir tu fe; y con las nuevas obras de la misma, suples todo lo anterior y das a los demás tu unidad con Dios, y ellos notan que no estás solo, sino que Dios y tú sois un todo en la voluntad de hacer el bien y lo correcto, por propia voluntad de cambiar de vida, desde el momento en que te asocias con la Santísima Trinidad, un solo Dios, Jesús.

Los fracasos

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Y, ¿qué ocurre con los fracasos?; pues eso, que hay dolor en ellos, que hay sufrimiento en ellos, y que son tuyos; por lo cual, tienes que aceptarlos, afrontarlos, mirarlos cara a cara y decidir qué vas a hacer con ellos. Porque están ahí, y debes aceptarlos y, dentro de lo negativo, porque el mal existe, ¡todos lo sabemos!, pues, de lo negativo, tienes que hacer como hace Dios; y ¿qué hace Dios?; Dios siempre te da a ti y a todos una nueva oportunidad, y cuando dice: “no te digo siete veces, sino setenta veces siete”, son las veces que hay que perdonar a los demás; y como tú eres un igual a los demás, como debes amarte como a los demás, pues eso, a ti mismo también te tienes que perdonar setenta veces siete, al igual que a los demás; aunque a ti no puedes dejarte, porque tú siempre vas contigo mismo, así que tú debes de cambiarte para que no se repita la situación, para que el fracaso te abandone; para que el éxito llegue, lo más rápido y eficaz es HACER EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN, es decir, a todos, a ti mismo y a todos, ¡porque sí!, porque es la estrategia mejor para que triunfes, para que tengas éxito allí donde fracasaste, por ti o por los demás, o por ti y los demás. No importa quién haya sido el que no hizo las cosas bien, lo importante es que ahora tú, ¡tú!, las vas a hacer bien. ¡Vas a coger el timón de ti mismo, vas a meditar todo lo que haces, aunque sea la manera de levantar tu vaso al beber, o en decir los buenos días… sea lo que sea, tú entra en ti mismo y disfruta de hablarlo con Dios, porque, ¿cómo vas a hablarlo tú solo teniendo a Dios contigo?; nada, nada, tú a dialogar con Dios, dentro de ti, sin mover los labios, dentro de tu corazón; allí, a buenas con el Hacedor, le cuentas tus planes, le hablas de ti y le pides consejo. Y, ¿contesta Dios? Sí, pero no como tú y yo, Dios contesta al hacerte pensar algo que te ayudará, o al escuchar una conversación en la que comentan esa solución que necesitas, o en las páginas de un libro, o en las palabras de un niño, o en las circunstancias de la misma vida. A eso se le llama la acción de la Divina Providencia.

El “Gran Secreto”

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Porque el éxito, aunque lo decimos en singular, si no es plural, es un pobre éxito, que no nos da alegría ni dicha, ni nada. Es más, ¡cuántos han triunfado en algo, y ese mismo día se sienten los más fracasados! Tantos. Tantos hay que, por un día de éxito, venden su alma al Diablo, y nunca disfrutan de nada. Por eso, vamos a lo de siempre, al bien, a ser bueno, a hacer lo correcto y lo perfecto. A conocer bien el tema en lo que quieres tener éxito, sea el económico, sea en el físico, sea en el de las relaciones con los demás, sea el espiritual y sobre todo, aquí voy a decirte el Gran Secreto, y es que el éxito lo obtendrás cuando tus relaciones con Dios sean perfectas; sólo así vas a tener éxito en todo lo demás. Algunos lo llaman “Mente Superior”, otros Dios, o “el Yo”, en mayúsculas, o ese Ser superior, o “El que Es”… pero los católicos tenemos ventajas, porque sabemos su nombre de andar por la tierra, y su nombre es Jesús, es Cristo, es el Mesías, que TODOS sabían que vendría a este mundo a dar un Paraíso a los deseosos de Paz y que forman su Pueblo Elegido. Todo esto ha estado y está escrito; bien-bien, no es un secreto, es la Verdad del Universo, la Verdad Universal, la Católica, la que Dios reveló a los hombres y que, llegado el tiempo, Dios se hizo Hombre, y se llama Jesús. Y si Dios pudo hacer esto, ¡y lo hizo!, Dios mismo puede también hacer contigo lo que quieras y se lo pidas y sea bueno. Y tenemos la experiencia Bíblica de tantas personas que le pidieron cosas imposibles para ellos mismos hacer, como curarse, e imposibles para otros, que no los curaron; y Dios, allí donde todos fracasaron, ¡Él ganó!; léelo en los Evangelios, y vive tu fe y pide, desea y pide. ¡Sueña!, y asóciate con Dios. Pruébalo, no te va a costar nada, es un socio que trae su propio capital, y da siempre su firma legal, ¡porque te Ama con toda su Alma!, con todo lo que es: ¡Dios!. Únete a Dios y empieza de nuevo; si las cosas no te han ido bien, como querías, o si quieres que cambien para bien, ¡asóciate con Él, con Dios!, y ve viviendo tu día a día, unido siempre, las 24 horas del día, con Él, porque de esta unión tendrás el éxito pleno y verdadero en todo, porque Dios quiere que seas feliz en todo, con todos, incluso con los enemigos al lado, con los fracasos a la vista y las trampas de los que desean que caigas, allí escondidas. Y Dios, que ve en lo oculto, te dará el éxito a la luz de tu bondad, por tus deseos, por pedírselos, por prepararte para obtenerlos, para sacarlos tú mismo de la vida, porque es divertido trabajar para alcanzar tu éxito. Divertido en el sentido de que todo tú estás en plenas facultades cuando luchas por lo que quieres, pero, ¿qué quieres?… Dios espera que se lo digas, y no por escrito, sino en oración íntima, como un secreto tuyo con el Amo, el Dueño del Mundo: Dios Uno y Trino.

Para tener éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tienes que tratar bien a tu personal, a las personas que trabajen contigo, a tus jefes, empleados, clientes, proveedores, al banco, al gestor, a la mujer de la limpieza y a tu cónyuge, que es tu socio, ¡quieras o no!, aunque no le cuentes nada de tu trabajo, porque tu cónyuge y tú sois una sola persona. Eso es tan cierto como el que, rezando un Padrenuestro diario, te sentirás mejor a fin de año. Por eso es lo más importante de tu vida, decidir con quién vas a casarte. Decide siempre una persona que tenga tus mismos ideales espirituales, porque eres alma, ¿recuerdas?, por eso, recuerda también que su cuerpo irá cambiando con los años, sí o sí, y su alma también; si es una mala persona que disfruta de la inmoralidad. Mira sus hechos y no sus palabras, pues entonces, si te casas con alguien inmoral, no tendrás éxito, porque el éxito sólo está en el bien y lo bueno, ¿recuerdas?… busca a alguien con tus mismos deseos de éxito, que valore la lucha y el esfuerzo, que sepa ahorrar y le guste trabajar; porque la vida va de trabajo, y para obtener el éxito hay que trabajar. Todo lo que os digan de atraer el éxito sin trabajo, no es cierto. Pero ¡es que es bueno trabajar!, y es agradable trabajar en algo que te guste, por esto el éxito siempre va dentro de tu deseo. ¿Qué deseas?… haz un plan con tus deseos, pero yo no te aconsejo que lo apuntes, ¡no hace falta!, incluso es mejor que no lo apuntes, es mejor que aprendas a hablarte dentro de ti mismo, para no dejar pistas. Y además, muchas veces, una vez apuntado el plan, hay personas que con esto ya se sienten realizadas o quedan estancadas en este plan, pero tú debes saber que, si piensas tu plan, luego es Dios quien lo ejecuta contigo; y si lo has escrito, no seguirás la guía espiritual de Dios, que todo lo sabe, incluso lo que piensa hacer tu contrincante, tu enemigo, tu cliente… ¿comprendes?

Éxito en el dinero

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El éxito en el dinero, es que el dinero venga a ti, por algo bueno que tú das primero. Y siempre es así; el éxito es la compensación a un bien que has hecho queriendo; esforzándote en ello, preparándote para ello y dándolo, esperas, y pasado el tiempo, va llegando el éxito. Por eso algunos dicen que, según lo que piensas, atraes tú el éxito; no es bien-bien así, pero están bastante acertados, porque, claro, la semilla es necesaria, y la semilla es el pensamiento. Por eso debes pensar bien las cosas, tienes que acostumbrarte a meditarlas, a analizarlas, ¡a juzgarlas!, sí; puedes juzgar un proyecto en tu mente, ¡claro que sí!, y puedes juzgar a una persona en tu mente, para decidir sobre ella, para saber cómo es y poder ayudarla o separarte de ella, o atraerla, como es en el caso de los posibles clientes. Otra cosa es que critiques a la gente, con otros o delante de ellos mismos, pero debes conocer a los demás, como debes conocerte a ti mismo, como debes conocer tu profesión, tu negocio; conocer y juzgar, para sentenciar si cambiar de actitud y mejorar, o aceptar que no hay nada que hacer y que te quieres dedicar a otra nueva oportunidad de idea que vas a crear en tus sueños, por ver que lo que tienes hoy, no es lo que quieres tener. A veces, con algún cambio, las cosas mejoran; ¡a veces empeoran!, pero siempre, todos y todo está en movimiento, por eso también te diré que, el éxito económico, hay que ocuparse cada día de mantenerlo en las mejores condiciones de buenos réditos.