Saltar al contenido

El éxito de la semilla

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Si te dicen que no puedes, ¡mienten!, tú puedes hacer lo que quieres hacer haciéndolo bien. Tú puedes decidir casarte, poner un negocio, servir al prójimo, con lo mejor de ti. Nadie puede impedirte ser tu mismo, porque Dios te hizo así como eres, y siendo como eres, así, mismo como eres, puedes desear, querer e ir a buscar tu éxito, porque el éxito es tuyo, y Dios te lo da si se lo pides y trabajas para llegar a tu meta. Haz planes; primero déjame decirte amigo, que puedes hacer lo que quieras hacer, que puedes ser lo que quieras ser, siempre que vayas a la esencia de la vida, a Dios, y uniéndote con Él, ¡con todas tus ganas!, y en intimidad de tu corazón, le pidas; le habrás tu corazón y le digas lo que quieras hacer o ser. Y si no lo sabes, porque te han dicho que no sirves para nada, que vales, poco, que no vas a conseguir nada en esta vida; déjame decirte amigo, que tú, como yo, puedes, podemos tener éxito y disfrutarlo y propagarlo, ayudando a los demás a que busquen en esta vida lo mejor que cada quien quiera tener, porque podemos, podemos tener lo que queremos si sabemos lo que queremos, si nos unimos a Dios en oración y Gracia, y se lo pedimos, si hacemos planes y trabajamos duro para conseguirlo, porque nadie regala nada en este mundo, ¡ni Dios!, o te lo da por tu fe, vía milagros, o por las obras de tu fe, que es trabajar y formarte y hacer de ti un instrumento de lo que quieres conseguir; si quieres ser un buen empresario, ¡pues, a ello!, si quieres ser un buen profesional, entonces, no regatees esfuerzos y aprende, ¡se él mejor en tu profesión, porque puedes y debes serlo!, tienes de información al alcance de tu mano, información que te hará formarte y conseguir sacar de ti lo mejor de ti mismo en lo que decidas servir al mundo y por tanto recibir tu éxito, porque se recibe el éxito de lo que uno da; por eso siempre te digo que el éxito es tuyo; tú eres el dueño de tu éxito, tú eres el que fabrica tu propio éxito, porque el éxito no te lo da el que lo digan los demás, que hay quien dirá que sí, que puedes conseguirlo y otros dirán que no, que no puedes conseguirlo, y lo importante es lo que te digas tú a ti mismo, si puedes o no conseguirlo con lo ayuda de Dios, que a todos ayuda y ayudó siempre y a todos dijo Jesús, Dios: “¿Qué quieres de Mí?”. ¡Díselo!, dile a Dios que quieres tener, que quieres ser, y él te lo dará, y con Él lo serás. Pero no le pongas ni día ni hora al plan de Dios, sino que coopera con Él, con Dios y con tu plan, que le has ofrecido en oración, y ponte a trabajar duro, porque es duro ser semilla y morir enterrado en tierra y sacar de ti la planta que dará raíces y tronco y subirá por los cielos de su gloria terrena, de dar hojas y fruto; tú tendrás tu éxito, como lo tiene la semilla de cada especie que se siembra en la tierra y pasa por el proceso de llegar a cumplir con su deber: la ley natural. Tú tienes una ley natural que cumplir: servir.