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Es malo criticar

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Si te has dado cuenta de que criticas sin darte cuenta, ¡rectifica!, y menos, critiques a tu cónyuge, a tus socios, a tus amigos y padres o hijos, y menos, delante de los que deben estar bajo su influencia y su protección, porque muchas desgracias ocurren al oír una crítica amarga de deslealtad hacia quien tú deberías amar y poner en esta persona tu total fidelidad. Si algo no te gusta de alguien, díselo a Dios en la intimidad de tu corazón, y pídele ayuda, primero, para soportar esta mortificación por su imperfección, y recordando que nadie es perfecto, ¡ni tú!, y que hay muchas cosas buenas en las personas que amas y, sobre todo, si te son fieles. Hay cónyuges que no son fieles uno al otro ante sus hijos, y uno critica al otro y el otro a uno, y los hijos aprovechan estas debilidades para aprobarse a sí mismos el distanciamiento de ellos, y luego son los padres quienes reciben el mal que han hecho al criticar uno al otro ante los hijos, que son el fruto de su amor. Y ocurre lo mismo con los socios que, si se critican delante de los empleados, abusan de la crisis de fidelidad y algunos quieren medrar y aprovechan para dar malos consejos, y otros se asustan y no trabajan, y otros se van de la empresa. La fidelidad entre cónyuges y socios, entre familia y amigos verdaderos, no es solamente en el hecho de obras de fidelidad, sino también en palabras de fidelidad, dando siempre un voto de confianza a las personas a las que libremente decidiste unirte en sociedad. Si algo no te agrada de alguien, ponlo todo en manos de Dios y trata siempre a los demás como quieres ser tratado tú mismo; y ¡disfruta de la vida, viviendo sin criticar!; acepta que nadie es perfecto, y da un voto de confianza y reza y apoya en todo, a todos los que amas y hacen el bien. Desde luego que hablo de maneras de hacer las cosas que no van contra ninguna ley civil ni moral; porque se critica tantas veces, metiéndose en la vida de los demás, en la manera en que llevan sus propios asuntos, y hay que dejar a todos en libertad, y amar; amarles a pesar de hacer cosas que nosotros no haríamos de esa manera en que las hacen. Demos buen ejemplo y no critiquemos a nadie, y menos sin su presencia, para que pueda defenderse. Si hablas de alguien sin tener defensa, ¡revisa tus causas!, podría ser que estés pecando sin querer; que de ser así, rectifica, y de ahora en adelante habla bien de quien hablaste mal; haz obras de bondad, en la caridad de suplir tu mal con abundancia de bien; y Dios, que ve en lo oculto, te premiará por tu esfuerzo de compensar tu maldad; porque es malo, muy malo, criticar.