Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Sufrir por no pecar, sufrir por hacer siempre el bien y lo correcto, eso es lo que lleva al éxito, porque un bien como es el éxito, no se empareja, jamás, con un mal, como es el pecado. El pecado es no hacer las cosas bien, y entonces, si se hacen mal, se fracasa, por lo cual no llega el éxito. A veces se fracasa por el mal que otros nos hacen, para que no tengamos éxito; por eso fracasamos: porque hay crisis (cosas malas que otros han hecho), porque se ha pasado por un accidente (donde otros nos han dañado, queriendo o sin querer, o inducidos por otros que han hecho mal las cosas; quizás un fallo mecánico…), o porque hemos cogido una enfermedad o nos la han contagiado, o no comiendo sano, o no cuidándonos correctamente con la higiene y el descanso; o con malos pensamientos, ¡uuuyyyy!, los malos pensamientos traen muchas enfermedades, y no sólo mentales, incluso a muchos los llevan a la muerte. Pero tú tienes que vivir, y por eso estás haciendo las cosas bien y haces lo correcto, y por lo cual ya te estás, digamos, “desprogramando” del error en que habías estado actuando, y has decidido ¡hacer tu mejor interpretación!, la de hacer las cosas bien; y no sólo bien porque sí, sino para ofrecerlas a Dios, que te creó, como demostración de tu gratitud, respeto y amor, porque sabes que Dios te Ama, porque sabes que es su Amor lo que nutre tu alma y la ayuda, con este alimento espiritual, de ser amado por Dios; te ayuda a vivir la vida con alegría, la alegría de la fe, la alegría de saberte libre y de actuar libremente, pese a quien pese, aunque sea a tus padres, a tus hijos, a tu cónyuge, a tu jefe, a tus socios, a tus amigos… tú decides y puedes decidir; y en decidir lo correcto, por la fe, te llenas de alegría, la de ser perfecto, por decidir lo perfecto, que lo perfecto es lo mejor para ti y para todos, es decir: hacer el bien, ser bueno.