La amargura
Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La amargura, a veces, da malas pasadas a personas que sufren y tienen motivos para hacerlo, para sufrir, porque otros no han hecho lo correcto, o porque no sabían cómo hacerlo, o porque no les daba la gana, o porque querían hacer daño y lo consiguieron; entonces, no es válido para el éxito, llenarte de amargura, ser un amargado y buscar salidas desesperadas para triunfar en la vida, y fracasar en el éxito, porque triunfar no es lo mismo que tener éxito. Tienes también que comprender que hay muchos amargados en la vida, esos que buscan el triunfo y no el éxito, y que te los vas a encontrar, y quizás quieran asociarse contigo; ¡no los aceptes, ni para socios, ni amigos, ni cónyuge!; al igual que a los productos que uses para tus negocios, que tienen que ser buenos y hacer el bien y lo correcto, las personas con quienes te asocies, tienen que ser buenas personas, que hagan siempre el bien y lo correcto, que quieran ganar con métodos buenos, ¡de prestigio!, que quieran una vida en paz consigo mismos, disfrutando de la lucha por el éxito, aportando lo mejor de sí mismos, lo mejor de lo que puedan dar y ofrecer, sea en palabras y obras; no te conformes con una persona amargada, aunque sea un “don sonrisas”, porque los amargados no van siempre con la cara larga. Conocerás a una persona amargada, porque no vive en paz, porque se lamenta siempre de todo y todos, porque no confía en nadie, ya que no se fía de sí mismo, y piensa, como piensa el ladrón, que todos son de su misma condición, como dice el refrán popular. Una persona amargada, puede camuflar su amargura hablando de proyectos y siendo muy simpático contigo, pero no es la simpatía lo mejor del mundo; es preferible, mucho más, la educación, los buenos modales, porque tantas veces, el simpático, por su simpatía, con su simpatía, irrumpe en tu vida y quiere mandarte, y te manda; ¡no te asocies con nadie que te mande, ni te cases con nadie que te mande!; únete siempre con gente libre, que valore la libertad, la de los demás al igual que la suya; porque no se es feliz anulando a nadie ni permitiendo que te anulen. Hay suficiente espacio en este mundo, para ser todos libres y ocupar, cada quien, un lugar para conseguir su éxito, que unido al de otros, es un éxito de varios; pero nunca hace feliz el que triunfe un socio, o un cónyuge, y el otro tenga que someterse. Elige para tu sociedad, para tu boda, la persona adecuada que más se parezca a ti; y tú no eres un amargado, tú eres una persona felizmente realizada, que lucha, dando lo mejor de ti, para conseguir el éxito: ¡vivir bien contigo mismo!