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Archivo por meses: agosto 2023 - 4. página

Triunfo y éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: No, no es lo mismo triunfar que tener éxito. El triunfo, normalmente, es el resultado de una competición, es ganar a otros en cierto momento de la vida, en ciertos sentidos; un atleta, triunfa y gana la medalla de oro olímpica, pero todos pueden tener éxito, todos los atletas pueden tener éxito, si dan lo mejor de sí mismos, si en todo lo que hacen, hacen el bien y lo correcto, permitiendo que otros sean libres y hagan con su vida lo que quieran. Muchos triunfan anulando la libertad de otros, ¡eso no es el éxito!, el éxito que viene de dentro, que realmente viene de ti y tú te lo das, porque el triunfo puede dártelo otro por ti, puedes tener dinero porque tienes un buen equipo de ventas, pero el éxito es tuyo si tú has elegido este equipo y has elegido a los mejores para hacer el bien y lo correcto. Con engaños también se venden productos, y esto es un triunfo, pero el éxito es que vendas buenos productos, ¡los mejores productos, a un precio justo! Algunos sacan buenas notas, sobornando a los decanos, o haciendo trampas en los exámenes, y triunfan, pero si no saben aplicar sus estudios, ¡no tienen éxito!, porque harán una obra chapucera allí donde tendrían que dar lo mejor de sí mismos. Y pueden engañar un día, pero no cada día de una larga vida. Uno puede casarse con una persona por su cuerpo, por su dinero, por su fama, pero una vez casados, vive con la persona, con lo que es esta persona, con su carácter; y sí, muchos se divorcian, pero el divorcio es un fracaso, no es jamás un éxito; si tú quieres tener éxito en tu matrimonio, busca una persona que te guste y tenga buen carácter, que sea buena; sino triunfarás un día, el día de la boda, pero fracasarás el resto de tu vida; y a ti, lo que te interesa es el éxito, ¿o no?

Esto es el éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Os propongo ser buenos y resistir en el bien, pagar los impuestos y estar siempre en regla según la ley civil, para así tener paz y éxito en llevar tu ley, la ley de hacer el bien; ¡pase lo que pase!, la ley que es universal, que ninguna otra ley puede sustituir, y que haciendo el bien, todas las demás leyes de cada país la permiten. No sé de ningún país prospero, democrático, que te impida hacer el bien y lo correcto, y aunque pueden tener algunas leyes permisivas en asunto de moral, no persiguen a los que quieren hacer el bien y lo correcto, a los que quieren una vida de paz, esa paz de tener una buena conciencia. Medita mis palabras, amigo, amiga, y te darás cuenta de que es cierto, es verdad, de que tú, ¡tú!, eres libre de hacer el bien y lo correcto, lo moral, de seguir la Ley de Dios. Puede que otros no lo hagan, pero ¡tú puedes hacerlo!, puedes decidir seguir TU PROPIA LEY, la de hacer el bien y lo bueno. Y te digo, lo digo: ninguna otra ley podrá ir contra tu ley, esa de hacer siempre lo bueno, lo correcto, teniendo así una buena conciencia y viviendo la fe, y disfrutando de las obras de la misma; tú, ¡tú tendrás éxito en todo!, porque aunque tus padres, hermanos o hijos, no lo hagan, si tú sigues la Ley del Bien entonces, tendrás éxito; te llegará el éxito allí donde has fracasado, y aunque fracasases con alguna derrota temporal, siempre ganarás y te sentirás grande, porque, dentro de ti, sabes que has hecho el bien y lo correcto; eso, esto es el ÉXITO; porque además, y te lo digo en serio y comprobado por mí, que el éxito llega SIEMPRE cuando uno actúa haciendo el bien y lo bueno, como método de vida, como forma de comportamiento; y ¡qué feliz es uno venciéndose a sí mismo, superándose cada día más para ser bueno y hacer el bien y lo correcto!, pensando más en esto, en ser bueno y hacer el bien y lo correcto, que en los resultados. ¡Cuántos piensan más en los resultados, y no hacen el bien siempre, ni lo bueno, pensando así llegar antes!; y si tienen algún triunfo, que el triunfo no es lo mismo que el éxito, se sienten inseguros al llegar a la meta con medios injustos e injustificables delante de su conciencia, que no podrá aceptar una buena conciencia ¡jamás!, llegando a la meta, vendiéndose en no hacer lo bueno, ¡lo mejor que uno podría hacer! Tú ve a buscar el éxito y no el triunfo; un triunfo siempre puede ser un fracaso; en cambio el éxito, aunque se fracase porque otros triunfen, tú ganas siempre, porque el éxito está en hacer el bien y lo correcto; y siendo así, donde has perdido porque otros han triunfado, puedes tener éxito en otra oportunidad, que SEGURO te brindará la vida, porque la vida está llena, repleta, de oportunidades, cada día; así que no te vendas por la primera de hoy, que más tarde te llegarán más, y mañana y pasado; tú estate pendiente siempre de ti, de hacer el bien y lo correcto, y que tu negocio, tu familia, haga lo mismo, siempre dentro de las posibilidades que tienes; y si te faltan, ora y espera, pide y aguarda, que Dios te lo dará todo en tu mejor momento, porque te conoce, y sabe dónde y cuándo es bueno para ti que llegues a un punto de éxito; porque el éxito no es llegar a un tope y basta, el éxito es tener siempre éxito en todo, y se puede, aun mientras tengas fracasos, y eso que llamamos “mala suerte”; porque el éxito radica en ti, en hacerte feliz luchando y superándote en hacer el bien y lo correcto, en cumplir siempre con tu deber y la Ley de Dios, la ley del Bien y lo Bueno.

Los que se quejan

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Si quieres tener éxito, apártate, como de la plaga, de quien en todo y siempre, vea lo negativo de la gente y de las cosas y acontecimientos, y de quien además de ver lo negativo, vaya alardeando de que él lo haría mejor. ¡Mejor haría en callar y ayudar a los demás, si tanto sabe, como dice saber! Porque muchos saben dar consejo, se lo pidan o no, y pocos se ponen a querer trabajar en equipo, a dar una oportunidad, cada día, todos los días de su vida. Esos que tanto dicen que saben, poco saben si se quejan, porque el que se queja es que no sabe, porque de saber, primero, sabría que la queja debilita al que la hace y al que la oye, y segundo, parece ser que no se ha enterado de que éste es un mundo difícil, un mundo complicado, y por lo cual difícilmente todo sale perfecto, y menos con gente imperfecta como hay, y todos lo somos, mientras no demostremos lo contrario, respetando el trabajo de los demás, sus opciones y circunstancias, las cuales Dios sabe, y aprovecha todas ellas para el bien de la persona. Si Dios permite que en la vida haya lo que hay, y quiere que de todo ello saquemos el bien y lo mejor, es que se puede y se debe hacer, a pesar de los pesares, a pesar de todo lo negativo de cada acontecimiento o circunstancia; si tú cumples con la voluntad de Dios, siempre habrá algo positivo y bueno en cada cosa que ocurre, porque en este mundo vive el mal y vive el bien, y es la lucha de las dos fuerzas lo que hace que haya momentos de paz o tiempos de guerra. Pero quien de todo y todos se queja, no ve lo bueno a eso malo que ha ocurrido, y por lo tanto ha abierto la oportunidad de algo nuevo; y en todo lo nuevo, hay la posibilidad del bien o del mal, porque es tu postura lo que hace cambiar las circunstancias; es tu carácter, lo que permite que la gente no se deprima ni se canse de luchar y la derrota no sea definitiva. Tú puedes ver esas oportunidades, que hay siempre, ¡siempre!, de hacer el bien, lo bueno, lo correcto. Hay que fiarse de Dios, que sabe cómo funciona el mundo y sabe cómo funcionamos nosotros, y nos pide un voto de confianza al cumplimiento de su Ley, la Ley de Dios, que es la que nos dará el éxito, la paz. Pero, como he dicho al principio, si el carácter de alguien muy cercano a ti mismo, no ve más que negatividad y pesimismo, ¡apártate de dicha persona, porque el éxito es siempre para los positivos, que confían en sí mismos y en los demás!; quien no confía en Dios ni en la vida que Dios creó y permite, éste no tendrá el éxito que perdura; puede tener el aplauso de la gran masa de criticones que hay en este mundo, que en vez de hacer cosas positivas, van mirando y criticando a todo y todos, pero el éxito, siempre es para los buenos, los positivos, los que confían en quien creó el mundo: Dios mismo.

El éxito es para todos

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El éxito se consigue sincronizando la voluntad de Dios para ti, con tu voluntad para obedecer en todo a Dios. Hay quien perseguía el éxito en un lugar, y allí se encontró con impedimentos que le hicieron cambiar de actitudes, y con esas nuevas y buenas actitudes, desarrolló aptitudes que le llevaron a un éxito mayor a cuantos no había pensado lograr jamás en el éxito perseguido, y que por seguir y cumplir con la voluntad de Dios, halló y prosperó, y tuvo éxito por su humildad de aceptar el cambio de planes por los que había ido a ese lugar donde, enfrentándose a lo desconocido, encontró las sorpresas que siempre depara la vida, y que con ellas, hay la semilla de una nueva planta, esa planta única del éxito único para ti. Porque cada uno tiene éxito, y por su éxito, no derrumba jamás el éxito de otros; que de ser así, el éxito no existiría, pero el éxito existe y es para todos; Dios lo tiene reservado para todos, pero pocos lo alcanzan, como pocos cumplen con la voluntad de Dios, y por eso tantos fracasan, porque el éxito es una condición de perfección en lo mejor que podemos dar y hallar en la vida; y si hay egoísmo, no se da, o se pasa por encima de los demás para hallar el éxito definitivo, y nunca hay éxito para el que no sabe entregarse, y si tiene que esperar, pues esperar. Hay quien cree que el éxito es rápido o no hay éxito, pero no es así, el éxito total es lento, porque no sólo tiene éxito quien llega a cumplir un sueño, sino que tiene éxito si consigue mantener ese sueño en su realidad toda su vida. Y sólo perdura la bondad y sólo tiene buena fama el bueno, y por eso, el éxito sólo es de aquel que es bueno y hace el bien, y persiste en ello, como una forma real de vida.

Tu ideal de vida

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El éxito no va solo, va de la mano del talento, y de todo lo bueno, lo bello y lo verdadero. Anímate a tener éxito en todo lo bueno que sabes que te ayudará a ser mejor persona, en todo lo bueno que te aliviará de las penas de esta vida, en todo lo bueno que sientes que palpita en tu corazón, porque con Dios, todo lo puedes conseguir. Él creó todo lo bueno que puedes imaginar y desear, por lo cual, todo ello está en su voluntad, y unirte a la voluntad de Dios, es tu ideal de vida, confiando en que la vida siempre tiene lo que quieres, pero lo que ocurre tantas veces, es que uno, o no sabe lo que quiere, o a veces, lo que quiere, es lo que quieren los demás; y Dios, a cada uno ha dado la vida y ha permitido una personalidad, unas vivencias, y unas circunstancias de su vida, que le hacen óptimo para un desarrollo distinto a los demás. Pueden ser dos hermanos, y nunca jamás tendrán ambos las mismas vivencias y circunstancias, aunque fueran mellizos o gemelos, porque todo evoluciona de un instante a otro, y no es lo mismo un beso dado a las diez o a las diez y diez; puede ser el mismo beso de la misma madre, pero en diez minutos pueden pasar muchas cosas que condicionan a la naturaleza humana, y esto es bueno, porque es muy bueno vivir en el tiempo, con el tiempo siempre a favor, porque no es dictador el tiempo, sino que es una serie de momentos en los que, por el tiempo, tiene cada uno oportunidades de vivir, y viviendo se es feliz, porque se vive. ¡Vive y trabaja!, disfruta de la vida y haz planes, y ponlos en práctica, y disfruta de darte a los demás, como siempre has deseado y deseas. Todos desean el éxito; todos desean realizarse y hacerlo bien, y esto es el éxito, hacer bien lo bueno que quieres hacer, todo lo bueno que tú quieres hacer. ¡Anímate a vivir, y triunfa desde ahora mismo, hasta el fin de tu tiempo!

Tu propio negocio

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Este deseo de tener tu propio negocio, es por tu afán de ayudar a los demás, de ser útil con lo que sabes y tienes, ¡y eso es bueno, muy bueno y hace el bien! Dios puso dentro de ti los talentos y cualidades, que tienes que perfeccionar, y usar más y mejor, para darte a los demás, a través de ti o de los productos de tu negocio, o los servicios de tu profesión. Es bueno trabajar, te ocupa las horas y disfrutas de la vida, de entregar a los demás lo mejor de ti. Siéntete con alas, esas alas del bien, de lo bueno, de tu bondad en hacer lo mejor posible tu trabajo, tu labor, tu profesión, ¡tu vocación!. Transmite a los demás, lo que sientes dentro de ti, esas ganas de que otros vean de lo que eres capaz, y eso no es afán de protagonismo, esto es algo natural que Dios puso dentro de ti, para que estas ganas de mostrarte y demostrar ante los demás, ante todos, que eres bueno y haces el bien, y que toda labor salida de tus manos es como tú, algo bueno, útil a los demás, necesario para hacer un mundo mejor, con más paz, con más desarrollo y por lo tanto menos dolor y sufrimiento. Ser un comerciante, ser un profesional, ser un artista, es lo natural en todo ser normal; pero cada quién a su manera, con su forma de ser, sus talentos, condiciones y circunstancias que la vida le ha dado como experiencia. Si eres fiel a ti mismo, te será fácil vender tus servicios, tus productos, tus talentos, porque el entusiasmo, que es lo que hace vender, será lo que con tus obras o con tus palabras, demostrarás a los demás. No hay tímidos ni malos oradores, cuando hablan de lo que les entusiasma, pero a veces, en su tierna edad, han podido mutilar esta manera de ser natural en el ser humano, y puede haberse hecho egoísta, soberbio, vanidoso, ¡un ser odioso!, que vende lo que no siente, lo que no ama ni quiere; y esto no dura, es la manera más cómoda de llegar a la quiebra. Si te han enseñado mal, aprende bien y haz el bien y lo bueno que tú, ¡tú quieras ser y hacer!; y tendrás éxito en las ventas y en todo lo demás.

Amor verdadero

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: En el amor, como en la guerra, hay que darlo todo por el todo. Nada de estrategias complicadas, pues vienen los enemigos y asaltan la fortaleza, y te puedes quedar sin nada. El amor es un sentimiento creador y maravilloso, y quien ama de esta manera, real y sincera, no necesita emprender una guerra, ni de celos ni de envidias, ni de preguntas tontas como la siguiente: ¿cómo quieres que sea? Tú, y la otra parte, tiene que ser como es, porque en cada quién hay un ser maravilloso, si sabe cuidar de su carácter, de su apariencia y, sobre todo, de la forma y manera de usar de las palabras. La pasión, encendida por el odio, eso no es amor, como tampoco lo es la pasión mal entendida, la que sólo quiere placer carnal sin el elemento creador, que es el regulador y propagador de tal amor. Es decir, quien no quiere hijos, no ama lo suficiente al otro. Antes, hubo una larga temporada, en que las chicas alocadas iban gritando a los artistas: “¡quiero un hijo tuyo!”; eso fue antes de que el capitalismo hiciera estragos en las relaciones sentimentales, porque al final, el sentimiento tuvo forma de dinero; y ahora que no hay dinero, a causa de la crisis económica mundial, ahora, ¿quién ama de verdad?; pocos, porque sin dinero, muy pocos se creen merecedores de este amor eterno, este amor que cantaron los juglares en las plazas de los pueblos, invitando a las doncellas a ponerse guapas y bellas para hacer salir de su caparazón al virtuoso varón, que encerrado estaba en su concha, perplejo de angustia por no saber decidir a quién elegir para ponerle el anillo en el dedo. Luego vinieron, con los tiempos modernos, los cantantes que cantaban ese amor eterno, que pocos varones sabían expresar con acierto, y le dedicaban a la chica la canción que ellos hubieran querido cantar, de tener buena voz y carecer de vergüenza. Luego pasaron más cosas, una de ellas es que descubrieron la píldora anticonceptiva, y se terminó el romanticismo en masa, se pasó al consumismo del cuerpo, sin, desde luego, el respeto que se debe a uno mismo, por ser quien es cada uno, ¡un ser semejante a Dios mismo, a Jesucristo! Pero el amor verdadero, como os digo, es creador, necesita dejar huella en la existencia de esta vida, necesita proclamar su amor con los hechos de su unión, que son los hijos, fruto de este amor bendecido por Dios.

Relación romántica

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hay quien dice que en cada relación amorosa, uno ama más que el otro. Y no es así la verdad, cuando hay amor verdadero; lo que pasa, es que cada quien ama a su manera; el que es muy divertido y hablador, amará y lo dirá incluso con entonación, pero el serio y callado, algo tímido quizás, éste puede amar como el que más, aunque no pueda expresarlo en verso ni en prosa; quizás, de vez en cuando, puede decir una cosa maravillosa, como: “te amo”; pero es válido, y cualquiera que oiga esta sentencia de amor, se sentirá contento y feliz de oírla, porque lo que cuenta es lo que contiene el corazón del que ama y es amado. Por eso, no es cierta esa sentencia, algo popular, que dice, que asegura, que en toda relación romántica, uno ama más que el otro. No es así, lo cierto es que, para que sea un amor verdadero, ambos deben amar ciertamente, ambos tienen que ser fieles a este amor y a la persona por la cual palpita su corazón. Ser fiel y hacer las cosas bien. ¡Nada de jugar a encender celos!, que es otra opinión popular; el que dicen que es bueno hacer que el otro tenga celos, para así tenerlo más seguro. Lo seguro es que a ti no te gusta sufrir y al otro tampoco. FIN.

No te engañes

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: No tienes que engañarte, no tienes que mentirte y decirte que estás bien, cuando estás mal; tienes que ser coherente con lo que realmente te pase y vivas. No es bueno que te engañes y digas que estás bien, cuando estás sufriendo; podrías caer en enfermedades neuróticas por engañarte, por mentirte, por no ser coherente con lo que realmente te pase. Tú tienes que estar sano para tener éxito, y el éxito tiene que ser real y no fingido. Quien finge que no pasa nada, no lucha contra las contrariedades de la vida, y se acostumbra a perder real y verdaderamente; por mucho que quiera creer que ha ganado, él pierde, porque lo real es lo real, y si uno se engaña, no podrá controlar ni dominar ni vencer las cosas negativas, que tiene que hacerlas positivas, y antes aceptarlas, para así poder cambiarlas. Si por ejemplo, te han hecho una devolución de un producto, y tú quieres ver, para ser feliz y sentirte triunfador, que no has recibido la devolución, ¿cómo vas a poder luchar para que acepten la mercancía?, o para que no vuelva a pasar, si crees que todo está bien. En los negocios hay que ser realistas, como en todo lo de la vida. No hay que temer a los errores ni a las fechorías de otros, lo importante es tenerlo todo en regla, ir a una con la ley y dar la cara; y si hay que demandar, que sea tú a los demás, por no cumplir con lo acordado de antemano. También es importante hacer lo mismo en las relaciones personales; si te declaras a una chica, y ella te rechaza, no te digas que te ama; deberás aceptarlo y buscar a otra persona que pueda sentir lo mismo por ti que tú por ella, porque el amor verdadero es compartido.

La amargura

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La amargura, a veces, da malas pasadas a personas que sufren y tienen motivos para hacerlo, para sufrir, porque otros no han hecho lo correcto, o porque no sabían cómo hacerlo, o porque no les daba la gana, o porque querían hacer daño y lo consiguieron; entonces, no es válido para el éxito, llenarte de amargura, ser un amargado y buscar salidas desesperadas para triunfar en la vida, y fracasar en el éxito, porque triunfar no es lo mismo que tener éxito. Tienes también que comprender que hay muchos amargados en la vida, esos que buscan el triunfo y no el éxito, y que te los vas a encontrar, y quizás quieran asociarse contigo; ¡no los aceptes, ni para socios, ni amigos, ni cónyuge!; al igual que a los productos que uses para tus negocios, que tienen que ser buenos y hacer el bien y lo correcto, las personas con quienes te asocies, tienen que ser buenas personas, que hagan siempre el bien y lo correcto, que quieran ganar con métodos buenos, ¡de prestigio!, que quieran una vida en paz consigo mismos, disfrutando de la lucha por el éxito, aportando lo mejor de sí mismos, lo mejor de lo que puedan dar y ofrecer, sea en palabras y obras; no te conformes con una persona amargada, aunque sea un “don sonrisas”, porque los amargados no van siempre con la cara larga. Conocerás a una persona amargada, porque no vive en paz, porque se lamenta siempre de todo y todos, porque no confía en nadie, ya que no se fía de sí mismo, y piensa, como piensa el ladrón, que todos son de su misma condición, como dice el refrán popular. Una persona amargada, puede camuflar su amargura hablando de proyectos y siendo muy simpático contigo, pero no es la simpatía lo mejor del mundo; es preferible, mucho más, la educación, los buenos modales, porque tantas veces, el simpático, por su simpatía, con su simpatía, irrumpe en tu vida y quiere mandarte, y te manda; ¡no te asocies con nadie que te mande, ni te cases con nadie que te mande!; únete siempre con gente libre, que valore la libertad, la de los demás al igual que la suya; porque no se es feliz anulando a nadie ni permitiendo que te anulen. Hay suficiente espacio en este mundo, para ser todos libres y ocupar, cada quien, un lugar para conseguir su éxito, que unido al de otros, es un éxito de varios; pero nunca hace feliz el que triunfe un socio, o un cónyuge, y el otro tenga que someterse. Elige para tu sociedad, para tu boda, la persona adecuada que más se parezca a ti; y tú no eres un amargado, tú eres una persona felizmente realizada, que lucha, dando lo mejor de ti, para conseguir el éxito: ¡vivir bien contigo mismo!