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Desarrollo personal - 7. página

Para tener éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tienes que tratar bien a tu personal, a las personas que trabajen contigo, a tus jefes, empleados, clientes, proveedores, al banco, al gestor, a la mujer de la limpieza y a tu cónyuge, que es tu socio, ¡quieras o no!, aunque no le cuentes nada de tu trabajo, porque tu cónyuge y tú sois una sola persona. Eso es tan cierto como el que, rezando un Padrenuestro diario, te sentirás mejor a fin de año. Por eso es lo más importante de tu vida, decidir con quién vas a casarte. Decide siempre una persona que tenga tus mismos ideales espirituales, porque eres alma, ¿recuerdas?, por eso, recuerda también que su cuerpo irá cambiando con los años, sí o sí, y su alma también; si es una mala persona que disfruta de la inmoralidad. Mira sus hechos y no sus palabras, pues entonces, si te casas con alguien inmoral, no tendrás éxito, porque el éxito sólo está en el bien y lo bueno, ¿recuerdas?… busca a alguien con tus mismos deseos de éxito, que valore la lucha y el esfuerzo, que sepa ahorrar y le guste trabajar; porque la vida va de trabajo, y para obtener el éxito hay que trabajar. Todo lo que os digan de atraer el éxito sin trabajo, no es cierto. Pero ¡es que es bueno trabajar!, y es agradable trabajar en algo que te guste, por esto el éxito siempre va dentro de tu deseo. ¿Qué deseas?… haz un plan con tus deseos, pero yo no te aconsejo que lo apuntes, ¡no hace falta!, incluso es mejor que no lo apuntes, es mejor que aprendas a hablarte dentro de ti mismo, para no dejar pistas. Y además, muchas veces, una vez apuntado el plan, hay personas que con esto ya se sienten realizadas o quedan estancadas en este plan, pero tú debes saber que, si piensas tu plan, luego es Dios quien lo ejecuta contigo; y si lo has escrito, no seguirás la guía espiritual de Dios, que todo lo sabe, incluso lo que piensa hacer tu contrincante, tu enemigo, tu cliente… ¿comprendes?

Decidir hacer lo mejor

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La buena vida es vivir bien haciendo el bien, y el éxito es hacer lo correcto, el éxito es decidir qué harás contigo mismo. Hay quien decide hacer el mal, y otros deciden hacer un poco de bien y un poco de mal; quieren ventajas humanas para poseer a los demás o a las cosas, pero lo bueno es que las cosas vengan a nosotros, es que las personas quieran estar con nosotros, y cada quien atrae a su semejante; por eso los malos, los que obran más mal que bien, esos son tantos y se unen para decidir hacer el mal, porque el mal siempre necesita aliados, es muy difícil que el mal se haga solo, es decir, sin una sociedad; normalmente para hacer el mal, hay que sincronizar varias cosas a la vez, porque Dios hizo las cosas bien, y el mundo está hecho por Dios. Pero en el mundo hay los malos espíritus, esos que inducen a tantos al mal, porque la gente no sabe hablar consigo mismo, a la mayoría les han enseñado a decidir en colectivo, a que miren lo que hacen otros o lo que dicen otros, antes de tomarse su tiempo y meditar sobre LO QUE QUIEREN HACER. La gente, mucha, no sabe qué quiere hacer, porque a muchos les han enseñado que deben de hacer lo que dicen los libros, la profesora, los padres… Y si lo que enseñan está bien, pues eso no haría daño a nadie, pero es difícil hallar a sabios en la sociedad; normalmente, en todos los tiempos, los sabios viven solos, se dedican a la meditación y no hablan mucho de ellos mismos, y mucho menos hablan de los demás. Y es que la sabiduría, como el respirar, cada quién la puede alcanzar por la meditación en las buenas obras, en decidir hacer lo mejor que uno puede hacer. ¡Vivir pensando en ser bueno y hacer el bien, es vivir en la mentalidad del éxito!

El carácter

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La alegría de la bondad, de superarte, día a día, en ella, en la bondad. En pensar cómo hacer las cosas mejor mañana, cuando de nuevo, por la rutina te encuentres en las mismas circunstancias que hoy. Ese examen de conciencia, en poder dar cada día más de ti, ¡mucho más! Vemos que los deportistas lo hacen con su cuerpo, vemos que se puede hacer, y vemos que si uno puede dominar su cuerpo, que es difícil, pero lo hace, puede dominar su carácter, porque es por el carácter que somos lo que somos, que hablamos como hablamos, que hacemos lo que hacemos. El carácter, forjado con la voluntad, es la dicha de ser tú mismo lo que quieres ser, y siempre hay satisfacción en querer ser mejor que ayer. De la misma manera que siempre queremos que nos quieran más que ayer, y la gente que nos ama, nos quiere más que ayer, cada mañana, porque nos ha querido durante el día de ayer, y queriéndonos nos ha cuidado, ha estado pendiente de nosotros, como tú tienes que estar pendiente de ti, cuidarte, porque, a quien debes de amar primero, después de Dios, es a ti, porque amándote, te cuidarás y sabrás así cuidar también a los demás. Amarte es cuidar tu alma, que se separará de tu cuerpo y seguirá la ruta de la vida espiritual, que todos viven una vez han pasado por el tiempo de la vida en el cuerpo, y tenemos experiencia de ello, conocemos a miles de personas que han vivido en este planeta Tierra y se han ido, dejando aquí su cuerpo, pero siguiendo viviendo en su condición de alma, esta energía espiritual que es vida.

Hacer el bien

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Sufrir por no pecar, sufrir por hacer siempre el bien y lo correcto, eso es lo que lleva al éxito, porque un bien como es el éxito, no se empareja, jamás, con un mal, como es el pecado. El pecado es no hacer las cosas bien, y entonces, si se hacen mal, se fracasa, por lo cual no llega el éxito. A veces se fracasa por el mal que otros nos hacen, para que no tengamos éxito; por eso fracasamos: porque hay crisis (cosas malas que otros han hecho), porque se ha pasado por un accidente (donde otros nos han dañado, queriendo o sin querer, o inducidos por otros que han hecho mal las cosas; quizás un fallo mecánico…), o porque hemos cogido una enfermedad o nos la han contagiado, o no comiendo sano, o no cuidándonos correctamente con la higiene y el descanso; o con malos pensamientos, ¡uuuyyyy!, los malos pensamientos traen muchas enfermedades, y no sólo mentales, incluso a muchos los llevan a la muerte. Pero tú tienes que vivir, y por eso estás haciendo las cosas bien y haces lo correcto, y por lo cual ya te estás, digamos, “desprogramando” del error en que habías estado actuando, y has decidido ¡hacer tu mejor interpretación!, la de hacer las cosas bien; y no sólo bien porque sí, sino para ofrecerlas a Dios, que te creó, como demostración de tu gratitud, respeto y amor, porque sabes que Dios te Ama, porque sabes que es su Amor lo que nutre tu alma y la ayuda, con este alimento espiritual, de ser amado por Dios; te ayuda a vivir la vida con alegría, la alegría de la fe, la alegría de saberte libre y de actuar libremente, pese a quien pese, aunque sea a tus padres, a tus hijos, a tu cónyuge, a tu jefe, a tus socios, a tus amigos… tú decides y puedes decidir; y en decidir lo correcto, por la fe, te llenas de alegría, la de ser perfecto, por decidir lo perfecto, que lo perfecto es lo mejor para ti y para todos, es decir: hacer el bien, ser bueno.

El alma

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El alma es una realidad humana. Tú eres alma, alma y cuerpo, pero eres también alma, y esta alma que eres, jamás morirá, vivirá para siempre, en las condiciones que le enseñes a vivir; si es en la maldad, vivirá en el Infierno; si es en la bondad, vivirá en el Reino Celestial. Tú decides, sobre ti mismo, esa gran realidad de la libertad, que en cada uno existe, y debes decidir lo que quieres hacer contigo mismo, aparte de lo que quieras vivir. Es decir, la realidad es que tú puedes hacer las cosas bien o mal, puedes decidir ser buena persona o mala persona, y debes decidirlo ya, porque el tiempo corre… tic, tac… tic, tac… tic, tac… Decide qué quieres hacer. A ver… díte qué clase de personaje quieres interpretar como protagonista de tu vida; ¡puedes hacerlo!, es más, ya lo haces, todos lo hacemos siempre, consciente o inconscientemente, cada uno decide ser quien es. Hay quien decide que otros decidan por él, o por sus hijos, cuando son pequeños, porque los niños serán lo que ahora les enseñes a ser; sí, ¡tú decides en ti y decides la educación de tus hijos!; tus hijos y tú mismo, son responsabilidad tuya. Bueno, ¡eso es bueno!, porque tú eres bueno e inteligente, y sabes lo que quieres; quieres hacer el bien y lo correcto; entonces, saber que puedes hacer de ti, de tu alma, lo que quieres, ¡es una maravilla! Disfruta del poder que Dios te ha dado de ser lo que quieras ser; y tenemos a Dios Hijo, a Cristo, que vivió en las condiciones humanas del cuerpo, para que lo imitemos, porque Dios es bueno y hace el bien, y esto es lo correcto, lo perfecto, lo mejor para cada uno, para todos. Sí, imitar a Dios es lo mejor para ti.

La Verdad, de verdad

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: La Verdad, de verdad, sólo la sabe Dios. Así que, si algunos quieren decirte SU verdad, puedes tener paciencia y escucharlos, y así los ayudas a calmarlos, pero que sepas que lo que te dirán será su verdad, que puede que ellos crean y puede que para ellos sea así, como la dicen, pero la Verdad, la verdadera, sólo la sabe Dios, y a Él debes acudir en oración para calmar tu mente de las “verdades” que te han dicho, para saberte Amado por Dios, y por lo tanto, libre de las “verdades” de los que puede que crean que sea la verdad, pero quizás sea sólo SU verdad. Como tú, puede que tengas TU verdad, pero para tener éxito, lo importante es la Verdad que sólo sabe Dios, y que confiando en Él, en obrar bien por amor a Él, que es Bueno y hace el bien y siempre nos perdona, y SIEMPRE nos Ama, y cogiéndonos de su mano, nos lleva al éxito que, como buen Dios y Padre nuestro que es, quiere que sea nuestro, de cada uno; porque cada uno puede tener su éxito; no necesitamos hacer maldad para triunfar, porque hay un lugar en el mundo para cada uno; también para ti, ¡búscalo!, confiando en Dios que sabe la Verdad de todo y de todos, y sabiéndola, nos Ama y quiere darnos el éxito, que siempre está condicionado en hacer el bien, lo correcto, en todo momento. No tengas miedo a la verdad de otros, puedes escucharlos, sabiendo que la Verdad está por encima de todas las “verdades”, la suya, la tuya, la de cada quien, porque la Verdad es Una, y nos hace libres de todas las demás verdades que se dicen.

Confiar en Dios plenamente

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hay que saber que confiar en Dios plenamente, nos da poder, nos da la fuerza de la fe, que es la que hace posible el éxito, en cualquier ámbito de nuestra vida, no sólo el éxito en las finanzas, con el dinero, sino EN TODO, porque nosotros, tú, cada uno, es limitado, no tiene confianza en sí mismo sobre todos los temas en los que una persona, para tener éxito real, tiene que triunfar; no sólo el dinero da seguridad, y por tanto da una cierta paz, y por la paz llega la confianza y la alegría, es decir, la felicidad; pero, ¿qué pasa?, ¿qué nos pasa si no tenemos éxito en la salud, en el amor, en las relaciones humanas?; ¿nos basta el dinero, la fama, el poder?, no. Y nadie, ni tú ni nadie está tan pleno que, por sí mismo, puede tener confianza en un posible éxito en todo. Dios sí que está seguro de Sí Mismo; Dios sí que triunfó en todo, pasando por el sufrimiento, que todos, tú, yo, todos, tenemos que pasar y pasamos en la vida, tanto si tenemos éxito como si no, pero unidos a Dios, a Dios que es Perfecto, que es Todopoderoso, se puede tener el éxito en todo, EN TODO; porque Dios triunfó, tuvo éxito, ¡Dios es un ganador!, y Él puede y quiere ayudarnos en todo, no sólo en la fe, en darnos la fe, en creer en Él, que es Dios y lo puede todo; porque la fe es esto, creer en Dios y en que nos Ama y nos cuida; la fe no es creer en uno mismo, ¡en eso nadie puede creer, por más confianza que se tenga en uno mismo!; porque si tú crees en ti, y tu compañero de trabajo cree en él, ¿a quién van a dar el cargo superior en la misma empresa por el que ambos trabajáis, queréis, lucháis y tenéis confianza en que será vuestro?; la experiencia de la vida, nos dice que la fe en ese nosotros mismos, es más confianza que fe, porque no tenemos nosotros todo el poder y todo el control, nuestro y de los demás, que se necesita para el éxito, pero Dios sí, Dios nos conoce a cada uno, Él conecta con cada uno, Él Ama a cada uno. Sí, también a ti. Por eso te digo que sólo en Él, en Dios, en Cristo, podemos tener éxito, el éxito que nos puede hacer felices, el éxito de la paz interior, de saber que hemos hecho lo correcto, por hacer siempre el bien. Porque sí se puede triunfar haciendo siempre el bien sin mirar a quien; es más, es la única manera posible de tener éxito, sí.

Contrólate a ti mismo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tú sólo puedes controlarte a ti, lo que haces, dices y piensas; por eso, aunque hay que tener en cuenta lo que otros te hacen, te dicen y planean, tienes que saber que no podrás controlarlos, que harán lo que quieran, lo que deseen, y aunque quizás otros les influyan en sus decisiones, ellos y sólo ellos, deciden si darles permiso a otros en hacer lo que les dicen que hagan; y siendo así, deciden que otros decidan por ellos, pero lo que vale es el hecho, lo que han dicho, lo que planean, y aunque lo hagan por seguir a otros, por consejo de otros, todo lo que hacen es porque les dejan. Tú no dejes que nadie te domine en dañar a otro, que nadie te incite a hacer las cosas mal; piensa que todo lo que tienes tú, no son las cosas que utilizas para hacer cosas, para vivir, sino lo que haces con ellas, como lo que haces con tus pensamientos, que son palabras que salen de ti. Es a ti a quien ven cuando hablas, es a ti a quien creen por lo que dices. Pero que sepas, que muchos son controlados, manipulados, por otros. Tenlo en cuenta, y como no lo sabes, no juzgues, porque no sabes ni sabrás nunca, si el que te habla, el que obra en contra o a favor tuyo, lo hace porque quiere o porque se lo han pedido, para tener unos resultados contigo. Así son las cosas, acepta la realidad, tómatelo todo bien, pensando lo cierto, que es que Dios lo aprovecha todo para tu bien, si tú haces siempre el bien, de palabra y obra, porque sólo puedes controlar tus obras y palabras, ¡sólo las tuyas!, y nada más. No puedes controlar a los demás, ni puedes controlar los acontecimientos, pero según si te controlas tú o no, todo cambia, porque si te controlas dando de ti sólo el bien y lo bueno, entonces, tú tendrás éxito, sí; cuando pienses en los sucesos y veas que has dado tú lo mejor de ti, estarás en paz, y esta paz de haber dado lo mejor de ti, de haber sido fiel al bien y lo bueno, a lo correcto, al cumplimiento fiel de tu deber, esto, esto te dará esta paz que necesitas para triunfar, para tener éxito, para estar contento de ti mismo y saborear la victoria de haber hecho el bien, de haber dicho lo correcto, sin dañar a nadie, ni a ti mismo. Y entonces, la satisfacción de haber dado lo mejor de ti, te hará grande ante ti mismo, hayas conseguido o no tus deseos, pero sí que has conseguido tus propósitos, que es hacer el bien, que es dar lo mejor de ti. Y esta grandeza que hay en el que obra bien, da una felicidad ¡sin igual!, la felicidad de ser “el mejor”, porque eres el mejor, cuando das lo mejor que puedes dar tú. Contrólate a ti mismo y, pase lo que pase, tendrás la paz, y con la paz se construye un mundo mejor. Y los que te ven, quieren ser como tú, y te imitan, y el mundo va cambiando, y las cosas salen mejor para todos, que es de lo que va el verdadero éxito, ¡que tú ganes, y los demás, contigo, ganen!; y todos ganan, si tú das lo mejor de ti, y ellos lo reciben. Contrólate, llénate de la alegría de la vida, y mirando atrás, en tu día, cuando puedas decirte: “hoy todo lo he hecho bien, me he dominado, me he controlado y he dado lo mejor de mí, en toda circunstancia; en cualquier acontecimiento, siempre he obrado bien y he hablado bien. ¡Estoy contento!, ¡soy feliz!, porque haya perdido o haya ganado, he tenido el éxito deseado, y he sembrado las bases de mañana, donde recogeré lo que hoy sembré”. Y sí, ¡sí!, recogerás lo sembrado, y tú lo verás y lo disfrutarás, mientras ya hoy, puedes disfrutar de haberte controlado y haber tenido éxito, en hacer lo que querías hacer, y en decir lo que querías decir, siempre lo bueno y lo correcto, siempre el bien. ¡Te felicito, amigo!