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Relación de pareja - 2. página

Amar es compartir tu éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Quiero que te prepares para una gran verdad que te puede ocurrir, y que ocurre muchas veces, y es que la persona que ames no te ame, o te amó algún tiempo y luego por sus palabras y obras deja de amarte, y es más, demuestra y muestra con sus obras y palabras que ama a otra persona que no eres tú; y no hablo sólo del amor romántico, hablo también del amor de padres o hermanos, o amigos, o cónyuge, o hijos. Mucha gente no sabe lo que hace o lo que dice cuando declara su amor, ahora sí que hablo del amor romántico, y te digo, que muchos se dejan llevar por la pasión, y lo que aman es la sensación que sienten cuando están cerca de ti, hasta que dejan de sentirla, por la costumbre, y luego van a lo desconocido, a amar a otra persona distinta, diferente, que como pasó contigo, en ese momento le hace sentir “mariposas en el estómago”, pero esta es una sensación física, sólo física, y lo físico muere; lo físico, unido a lo espiritual, al alma, ese: “te amo con toda mi alma”, eso no muere, ni morirá jamás, porque el alma no muere; vive y vivirá eternamente, ahora en la tierra, luego en el Más Allá. Quiero que sepas que podría ser que sufrieras por amor, que serás, muy seguramente, despreciado por alguien amado; y quiero que sepas que eso, aunque te duela, poco tiene que ver contigo, porque son SUS sentimientos los que fallan, no los tuyos; porque tú tienes que ser fiel, si quieres tener éxito, y para ser fiel, tienes que planear a quién entregas tus afectos, a quién dejas entrar en tu corazón; ¡mira sus hechos!, y no sólo tengas en cuenta sus palabras de dolor, porque la gente, cuando busca amor desesperadamente, porque también a ella le han traicionado el corazón, va en busca de alguien a quien amar, por su necesidad de afecto, no por su grandeza de espíritu, que amar es para dar todo lo mejor de ti mismo, es entregar tu éxito, compartirlo; por eso Jesús nos mandó servir a todos por amor, pero sólo las almas grandes llegan a este punto de evolución santa, perfecta, en que el alma domina al cuerpo, y no el cuerpo conduce al alma por derroteros y entre tormentas. Ya en esta tierra hay un camino grande, donde los grandes de espíritu avanzan por esa autopista de dar y darse, de entregarse sin venderse, sino siendo siempre su dueño, Dios mismo, y los demás, son esos semejantes a él, que cuida como si fuera él mismo en sus propias situaciones de pobreza, de enfermedad, de circunstancia de pecado, dándoles ánimos con su buen ejemplo de éxito. Amigo mío: ¡la gente te necesita!, yo misma te necesito, para que dando lo mejor de ti, hagas con tu éxito un mundo más habitable para el amor, para la bondad, para los que quieren tener éxito, como tú y yo, y propagamos alto y claro el amor a Dios y al prójimo. Podemos, tú y yo, y todos, ¡podemos!, y vamos a tener éxito, día a día, mientras seamos capaces de amar y de dar lo mejor de nosotros, de hacer el bien a todos, A TODOS, porque sabemos y aceptamos el bien que Dios, Cristo, nos dio y nos da, porque cada día está en la Eucaristía, y en la Comunión con Jesús, Dios, siempre recibirás TODO SU AMOR, TODA SU PAZ, ¡alegría personal y universal!

Planea tu vida

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: El éxito, estando al alcance de todos, muy pocos lo tienen, por eso no hay que hacer lo que hacen la gran mayoría, los que no tienen éxito; ellos miran la televisión y revistas hechas a su medida, para entretener y no pensar, porque en el pensar está la primicia de querer prosperar éticamente en esta vida. El dinero por el dinero, nunca te dará éxito, sólo dinero, y el dinero no es éxito, el dinero es sólo dinero; el éxito es tuyo y el dinero, aun siendo tuyo puedes perderlo, te lo pueden robar, lo puedes extraviar, malgastar o invertir, puede desaparecer en una crisis mundial o personal, pero el éxito SIEMPRE VIVIRÁ EN TI, porque el éxito ERES TÚ. Es decir, tú con tu forma de ser, con tu carácter, con tus obras, haciendo el bien, lo bueno, lo correcto, el cumplimiento fiel de tu deber; esa fuerza de TUS HECHOS, ¡NADIE TE LO PUEDE QUITAR, ROMPER O ROBAR O PERDER!; te pueden debilitar en algún momento, sobre todo cuando los que amas no te aman, pero nunca estarás solo si te tienes a ti mismo, porque tú y sólo tú eres tu éxito, si unido a Dios haces en tu corazón una unión, una sociedad con Él, para tener tu éxito, el de ser el mejor, el de sacar lo mejor de ti en cada momento, en cada situación, para que digan que tú eres un hombre de honor. Si quieres tener éxito, no hagas lo que los demás hacen; tú, prepárate un plan de vida, sé tu propio coach y prepárate para tus metas; si quieres tener tu propio negocio, dedícate a saber de él; si quieres ser un buen abogado, que toda la ley y toda la astucia esté presente en tu mente; si quieres tener una empresa, ante todo, ama a las personas, porque trabajar, tener trabajadores, es como tener hijos, a los que debes servir y sacar lo mejor de ellos para el bien de vuestros clientes, dando buen ejemplo a tus proveedores. Si quieres un feliz hogar, no busques un cónyuge cualquiera, que sea semejante a ti en sus deseos y metas, para hacer un vínculo indisoluble, luchando juntos y unidos, siempre para el bien vuestro y de vuestros hijos. Si quieres tener buenos amigos, ¡lo mismo!, elige personas con ideales y no comunes y vulgares, personas que admires en algo, que cuando te den la mano, no sea para hundirte, sino para elevarte con sus propias y buenas experiencias de vida; tener amigos para no estar solo, te llevará a la ruina moral y espiritual, si no sabes elegir entre el bien y el mal; y lo mismo te digo en la familia; es bueno tener buenas relaciones familiares, es grato hablar con parientes y sentirse unido por la sangre; sé siempre bueno con los de tu familia, aunque ellos no lo sean contigo; con ellos, JAMÁS devuelvas mal por mal, porque este mal recaería también sobre los tuyos, porque sois familia. Todo esto lo puedes planear, disfrutar de planear tu vida, digamos, como si tú fueras una máquina, y perdona la comparación, que no lo eres, ¡no lo soy!, pero imagina tu cuerpo como esa nave, ese vehículo que lleva por la vida, a lo que también eres: alma bendita, porque Dios te Ama, y por Amor y con Amor te creó y te cuida, y quiere que hagas una buena carrera humana en la tierra, que tengas muchos triunfos, porque es bueno, si triunfas teniendo éxito. Tú planea, disfruta de planear tu ruta, esta que con tu cuerpo vas a dar al alma, que quiere vivir y demostrar TODO LO QUE PUEDE DAR; porque tú puedes dar mucho más de ti, aunque quizás ahora mismo no lo sabes, no te has enterado, porque a lo mejor, has pasado buena parte de tu vida frente al televisor, mirando lo que hacen otros y olvidándote de vivir tú, de hacer lo que quieres hacer, que seguro  NO ES ir mirando lo que hacen los demás; eso jamás te dará tu éxito, porque no es nada tuyo lo que hacen los demás, sea el bien o el mal, y precisamente en la televisión no abunda el bien, más bien muestran el mal que otros hacen, porque pocos saben cómo tener éxito, cómo ser mejores y hacer rendir los talentos que Dios nos da a todos; sí, también a ti. Te animo a elegir la programación de la televisión, a que tengas voluntad para programar tu vida y tener el éxito que te mereces y que está a la espera de que decidas tenerlo. ¡Dios te lo da, si quieres! ¿Quieres tu éxito? 

Medios para tu éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Amigo, quizás tú tengas muy claro cual quieres que sea la meta de tu éxito, pero no sabes cómo hacer realidad tus deseos; quizás quieras dinero, una vida de éxito, pero no sabes cómo llegar a alcanzarlos, con qué medios. Quizás tú quiere una vida de éxito en la paz y la felicidad de una familia, pero no sabes cómo lograrlo. A lo mejor te ves capaz de dar más de ti mismo en una actividad artística, pero no tienes ni idea de cómo conseguir el éxito en ella. Te lo diré: acude a Dios que todo lo sabe, y cuéntale lo que quieres y pídele te guíe para lograr el éxito en eso que tanto anhelas. Y verás como Dios te inspirará pensamientos en donde hallarás lo que te falta: los medios, como hacerlo para llegar a tu éxito. Dios te conoce bien y sabe quién eres y lo que necesitas para llegar a tu meta deseada, y Dios al ser Dios, sabe todo de todos y todo, y te pondrá en marcha para que la Divina Providencia rija tu vida. Si le has contado a Dios tus deseos, esa meta que quieres alcanzar y que no sabes cómo lograrla, ¡estate atento, vigila, estate alerta!, porque Dios Espíritu Santo te guiará por el camino adecuado para conseguir tu deseo realizado; no digo que todo te sea fácil, ¡que no lo será!, porque todo bien, para ser logrado, tiene que luchar con mucho mal, que le saldrá al paso. Tú, estate alerta, porque Dios permitirá que terceros te den pistas de lo que debes hacer, para llegar a tu éxito, quizás tengas que leer mucho, estudiar, preguntar, aprender, asociarte con alguna persona de talento y que desee tu mismo éxito, a lo mejor necesitarás de contactos, de amigos o clientes, quizás, muy seguro, necesitarás conocer gente, y esas personas queriendo o sin querer, te irán llevando a la consecución de tu sueño, a hacer realidad ese sueño de prosperar de llegar a ser, a tener lo que quieres. ¡Nunca te rindas!, y que en tu camino siempre y sólo hagas el bien, lo bueno y lo correcto, sin apartarte jamás de cumplir con tu deber; eso es lo primero, hacer lo que tienes que hacer por lo que eres y dónde estás ahora, y todo llegará de la mano de la Divina Providencia. El que quiere éxito tiene que trabajar, luchar, ser persistente para alcanzarlo, no digo que debas esperar, porque esperar parece ser estar sin hacer nada, y eso no se puede hacer jamás, el estarse sin hacer nada, siempre, siempre, hay que luchar y moverse, sea estudiando, perfeccionándose, en la obra que uno quiere hacer y tener éxito en ella, quizás primero debas ser empleado antes de ser dueño. Ten paz y la seguridad de que si dejas a Dios que te guíe, lo hará, tú, ¡estate alerta!, y vigila y pon los oído y los ojos al servicio de tu vigilancia, porque Dios te irá acercando pistas, oportunidades para conseguir eso tan importante para ti: ¡tu éxito!

El éxito externo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: No es lo mismo lo tuyo que lo de los demás; tú puedes y debes de decidir en tu vida, y cada quien decide en la suya, ¡lo quieras o no!; busca personas que decidan en su vida lo mejor para ellas mismas y que es hacer el bien y lo bueno; lo correcto; el cumplimiento fiel del deber. Esas personas que estén junto a ti y te alimenten la alegría con sus obras hechas a ti y a los demás con paz y caridad. Que hay, ¡hay!, y las encontrarás si es tu ferviente deseo, si lo decides en tu corazón hallarlas, si no te conformas con menos; sean personas que necesitas para formar una sociedad comercial, o trabajadores para tu negocio, o buenas amistades para disfrutar de la vida, o una persona única para ti, para hacerla tu cónyuge y definitivamente formar esa familia ideal y de éxito, el éxito personal de cada uno de los cónyuges; y siempre haciendo el bien, y siempre cumpliendo con el deber de estado y la vocación individual de desear, querer, buscar ante todo el Reino Celestial; ese Paraíso perdido, ¡que existe!, y es el Éxito en mayúsculas que cada uno puede obtener si quiere. Dios no lo veda a nadie, es más, Dios lo entrega a todos, todos lo podemos tener, ¡yo quiero ir al Paraíso!, ese lugar que es el verdadero lugar que Dios quiso que viviéramos, allí donde el éxito es perpetuo y completo; por eso no me importa trabajar duro, esforzarme y renunciar a lo que sea que me aparte del lugar al que verdaderamente me destino Dios: El Jardín de Edén. Hay que tener una meta, una esperanza y vivir para ella, y no hay mayor éxito que el Éxito Eterno, el que nunca se acaba, jamás se termina, el de la vida después de esta vida terrenal, la vida sin final de la Gracia; donde gracias a Jesús, Dios, podemos ir todos los que quieran, y tú, aunque hayas cometido muchos errores en tu vida, aunque tu imperfección sea mucha, de ahora en adelante puedes trabajar para esta realidad que nos espera si queremos, porque es libre el éxito, quien lo quiera lo tiene, se gana con la fe, con creer y pedir, con confiar y dar siempre el bien con Caridad. El éxito está a tu alcance, porque es tuyo, lo tienes por lo que deseas en tu corazón y lo pides a Dios, con toda tu alma, haciendo siempre el bien, lo correcto, lo justo, ¡el deber cumplido!. Quién cumple con su deber con caridad, este tiene éxito y nadie se lo puede arrebatar, porque él sabe, siente que está bien consigo mismo, porque Dios y él son uno. Vivimos en este mundo para irnos al mundo de Dios, al Reino Celestial, para siempre, y aquí es donde ya nos asociamos con Dios y vivimos en Él y con Él, y Dios nos da el éxito, la paz; la alegría de vivir viviendo haciendo el bien, lo bueno lo correcto; el cumplimiento del deber; ¡esa sí que es la alegría que jamás nadie te puede quitar!, el que en todo hagas lo mejor, des lo mejor, ¡seas el mejor!, ¡que satisfacción hay en la santidad!; todos estamos llamados a ser santos, a superarnos y hacer lo correcto, lo más y mejor que podamos en todo, y este es el éxito, aun dependiendo de los resultados momentáneos, porque a veces parece que perdemos, pero el que vive haciendo el bien y lo correcto, ¡dando lo mejor de sí!, éste siempre tiene éxito. Tú tendrás éxito cuando decidas vencerte en lo mediocre y lo mal que podrías hacer y luchando contigo mismo hagas el bien lo correcto, ¡lo perfecto!; ser santo: tener éxito por amar tanto a Dios, a ti mismo y a los demás, que no quieras dar nada malo de ti, por amor, por dignidad; ¡porque sí!, porque tú puedes tener éxito; el éxito lo da Dios, se humilde y pídele ser mejor y dar el bien y hacer lo bueno; ¡tú puedes!, con Dios puedes tener éxito, incluso allí donde antes fracasaste; porque Dios hace nuevas todas las cosas y a todas las personas. Tú, tú eres una persona de éxito. ¡Adelante con ello!, vive tu éxito y propaga tu éxito, el de ser lo que quieras ser y hacer, pero siempre unido a Dios y siendo todos tus deseos buenos y para ser mejor y para servir a los demás, sirviéndote a ti mismo, con esa dignidad del que sabe que hace lo correcto y que pase lo que pase, aunque otros triunfen, él éxito es siempre tuyo por intentarlo y porque también triunfarás, porque es lógico, que quien da recibe, y si das lo mejor de ti, vas a recibir lo mejor de la vida. Tu principal enemigo para tu éxito, eres tú mismo, porque si desistes o te dejas vencer y no das todo lo bueno y el bien que puedes hacer entonces sabes, sabrás que no te mereces el éxito, el éxito es sólo para los mejores, los que se mejoran así mismo cada día; tú, con la ayuda de Dios y la Virgen María, cada día puedes ser mejor y dar lo mejor de ti, y este es tu éxito.

Tu éxito eres tú y lo tuyo

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Tienes que saber que en la vida vas a tener muchos desengaños, de personas que amas, y algunas dicen amarte, pero sus obras son bien distintas a sus palabras. Debes saber que pasará esto, tienes que tener la certeza de que ocurrirá y que lo más importante para ti, es que tú no te desengañes a ti mismo; mientras tú seas fiel a ti mismo, con una buena moral en conducta y entendimiento, con esa paz que tienes al finalizar tu examen de conciencia bajo la luz de los diez Mandamientos, y tengas todo tu corazón lleno de amor para Dios y paciencia para los que no son como deberían, para los que te desengañan y no lo esperabas; piensa que se están formando, la vida forma, y se han equivocado; ¡déjalos equivocarse!, pero tú no te equivoques, acepta que ELLOS ESTÁN EQUIVOCADOS, no cuestiones la bondad y el bien que siempre TODOS tenemos que hacer; si ellos han dejado de hacerlo, no llames por eso bien al mal, porque algunos caen en este error, porque no pueden vivir sin su amor, y lo que hacen es dejar la moral de lado para adaptarse a lo que hace esta persona que aman y que de no aceptarlo como válido, ¡que no lo es!, ella, esa persona, los desprecia, los aparta de su lado; y si crees que adaptándote a ella, vas a continuar recibiendo su querer, no será así, porque el cariño se da, jamás se compra rebajando nuestra identidad. Al contrario, tienes que seguir en tu línea de conducta, con tu moral, y dar siempre buen ejemplo; porque todo pasa, menos Dios. La moda, el dinero, el triunfo; todo pasa, menos el Amor con que Dios te Ama. Y si confías en Él, aunque tú quisieras que fuera esta persona débil, quien te amara, Dios te acercará otra, que no será ella, otra que será mejor; pero ¡cuidado!, porque la vida también te acercará personas con apariencia de bondad pero serán y son otras tantas como la que hoy te ha desengañado. Para saber reconocer quien es quien, sé tú como quien a quieres querer y verás que sabrás muy bien como son los “síntomas” de la persona semejante a ti. Dale esperanza a tu vida, y aunque sea tu cónyuge, tu padre, tu hijo, un amigo, un novio, un hermano, quien te ha decepcionado, Dios puede suplir su amor, el que te han negado por las obras, aunque sus palabras y besos pueden ser como los de Judas, porque hay quienes dicen y no hacen, pero dicen y dicen, y sus palabras mienten porque sus hechos no son reflejo de ellas, aunque tienen escusas, miles de escusas y también creen tener todo el derecho del mundo de actuar como hacen. Además de poner todo tu total amor en Dios, pon también tu confianza en Él. El éxito tuyo es tuyo, y poco o nada tiene que ver con que hagan o digan los demás. Si tú persigues el éxito, tienes que saber, ya de ya, que vas a padecer muchos desengaños, también en negocios que serán un fracaso, ¿y qué?… No pasa nada, ¡no era lo que tenía que ser!, ¡acéptalo!, como tienes que aceptar que esa, esas personas no dieron la talla, se cansaron y decidieron que ya tenían triunfo y por lo cual, dejaron de perseguir el éxito, quizás prefirieron el dinero al amor, o quizás el sexo al amor, o la fama a un hogar en amor y paz; ellos lo decidieron, y quiero que sepas que muchos que lo hicieron también, luego, con el tiempo, como tú se desengañaron, otros no, otros siguen y siguen teniendo triunfos y apartándose cada vez más del éxito, porque el éxito es tuyo, no te lo dan otros o el dinero que recibes o la fama que te dan o el amor con que te aman; el éxito ERES TÚ, está dentro de ti, en tu manera de vivir, de obrar y aceptar a los demás, en tu manera de dar libertad a todos y haciendo que respeten la tuya, porque tú vas a por el éxito, este éxito de hacer el bien y lo correcto, este éxito que en la vejez te dará la paz y la alegría, sí, SIEMPRE tendrás al lado a personas que te amen de verdad, aunque algunas de las que tú amaste te decepcionaron porque prefirieron el triunfo al éxito. Que lo sepas; van a decepcionarte, pero lo importante para ti, es que tú no decepciones a nadie haciendo el mal. Tú eres el que vale: tú. Acuérdate siempre de amarte y respetarte y decidir ser libre de ser bueno y hacer el bien y no “venderte”, ni por amor o dinero. Tu éxito eres tú y lo tuyo.

Tu éxito o el triunfo de otros

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Hay los que no saben pedir perdón, y hay los que astutamente van pidiendo perdón, y así, si se equivocan y yerran, piden perdón toda la vida, y jamás se esfuerzan en no errar, porque ven en pedir perdón, la salvación a su falta de carácter, para hacer el bien siempre y no equivocarse en no hacer lo correcto. Se lanzan a sus deseos y ¡viven la vida!, pensando en que luego piden perdón, y el bueno, lo perdona. Creen que perdonar es sinónimo de dar otra oportunidad y volver a empezar, y no es así, perdonar es una cosa necesaria para el que es bueno y quiere hacer el bien y dar la libertad a los demás, esa misma libertad que protege, en sí misma, porque la libertad de otros en ser libres, es la de uno mismo, y ser libre también, igual, lo mismo que los demás; esa libertad de pagar por lo que se hace con la misma, recibiendo lo bueno o lo malo, porque todo acto, toda palabra, es devuelta; toda acción de la persona, toda palabra, viene de vuelta a nosotros, y todo pensamiento reiterativo se hace palabra o acción, y recibe también su compensación. No es lo mismo decir: “Perdóname”, que decir: “Dame otra oportunidad”; pueden decirse las dos cosas, sí, pero jamás el perdón puede sustituir a pedir otra oportunidad. Cuando alguien te pide perdón, perdónalo, es más, perdona a quien te daña, aunque no te pida perdón, y da una oportunidad a quien desees dársela, aunque no te pida perdón o sí te lo pida; porque la oportunidad que tú des a otros, no es por el perdón que te pidan, sino por si tú, libremente, decides darle esa oportunidad. Evidentemente, en asociaciones como el matrimonio y en la familia, muchas cosas se perdonan sin pedir perdón y siempre hay la oportunidad de seguir la relación, si a uno le interesa; lo mismo puede pasar en una sociedad legal, pero en un noviazgo, en una relación de amistad o posible sociedad, si tienes que perdonar según qué cosas, incluso en el matrimonio y la sociedad, la infidelidad y el robo, son actos que se tienen que perdonar siempre, pero no condicionan a seguir con la sociedad. Porque hay quien peca y confía en la bondad del que busca el éxito, para llevar una vida egoísta y haciendo sufrir al que es fiel y tiene buenos sentimientos. No te dejes robar tu amor; tienes que amar y ser amado, con obras y palabras; si hay infidelidad, es que no te aman, y punto. Nadie que trabaja en una empresa va a otra a darle sus confidencias; cualquier persona entiende que hay una ética comercial, ¡y la hay!, como la hay también en el amor, en la amistad, en todas las relaciones humanas. Y ser bueno y hacer el bien y lo correcto, para llegar al éxito, es perdonar y a veces negar la oportunidad de “volver a empezar”. Hablo en líneas generales, porque cada quien sabe lo que perdona, a quien perdona y a quien quiere a su lado para compartir ese éxito, que no será posible si tienes a gente que te hace sufrir continuamente. Debes elegir, o tu éxito o el triunfo de otros.

Nunca sale un bien de un mal

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Lleva las cuentas claras, paga tus impuestos, si puedes desgrava, pero que todo sea bajo la ley, para que no tengas problemas, ni de conciencia ni legales; búscate un buen contable, un buen abogado y un economista en finanzas, que te digan las cosas claras, porque muchas veces, por no saber, se fracasa. Pudiendo hacer las cosas bien, no las hagas mal, ni en tus negocios ni en tu vida personal y familiar. ¡No tengas dos vidas!, ¡no lleves dos cuentas!, piensa que el éxito lo da Dios, y Dios no está en la mentira, sí en la astucia y en las obras de misericordia; quiero decir que la ley, siempre, si se sabe, puedes hacer que esté a tu favor, si haces las cosas bien, con buena intención, buenos medios y recibiendo buenos beneficios. Las trampas no acortan el camino, alargan los fracasos. No se puede coger un atajo con los números, porque siempre son claros; dos más dos, siempre son cuatro. Así que no pienses en tener éxito defraudando al Estado, porque no vas a conseguir más que algún que otro triunfo, pero el éxito, eso no lo podrás lograr ¡jamás!, si no haces las cosas correctamente, bien hechas, haciéndolas siempre con legalidad y lo mejor de lo mejor, haciendo toda tu labor para ti mismo y para Dios, que vive en ti, y ese Dios que todo lo ve, te ayudará y te aplaudirá. Si algo no puedes hacer legalmente, busca otras opciones, pero sé siempre legal, porque nunca sale un bien de un mal. Ingéniatelas; que tus socios y tú, penséis en opciones nuevas, mejores, aunque sean caminos más largos, pero ¡llegaréis seguros!; si coges atajos, podéis perderos en el camino, y esto no es ningún éxito. Y lo mismo va con lo que hagas con tu futuro cónyuge, porque hay cosas que son propias del matrimonio, ¡no valen los atajos!, ni para los negocios ni para el amor humano. ¡Cuántos hay que han fracasado y fracasan por no mantenerse en el plan de lo natural, de la ley moral!

Tú eres tu propio éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Nunca tendrás éxito, arrebatando lo que es de otros, sea su cónyuge, sus ideas, sus socios, sus pertenencias, sus contratos, sus clientes. ¡Haz los tuyos!; ¿para qué coger de los demás, pudiendo tener los tuyos, a tu medida, según tu carácter, según tus productos, según tus ideas y mentalidad? ¡Nunca tendrás éxito, si coges lo de los demás!; y nadie es una persona de éxito, si tiene que coger de otro, lo que otro tiene y le da éxito. El éxito, para ser éxito, tiene que asentarse sobre las bases de la libertad. Tú puedes tener tu propio cónyuge, ¿para qué coger el de otro?; puedes tener tu propio negocio, ¿para qué coger el de otro?… Nunca estarás satisfecho de ti mismo, con lo que tienen los demás o sus sobras. Puedes tener tus propias primicias y prosperar con tus sueños, haciéndolos realidad y sin dañar a nadie. Sobre todo, cuando se daña a los niños, cuando hay matrimonios con hijos y tú eres la causa de su divorcio, ¡jamás podrás tener un éxito en esto! Busca tu propia felicidad, con una persona libre como tú; no dañes a los niños, ni a los tuyos ni a los de los demás. Dios siempre ha tenido una especial predilección por los niños, los enfermos, las viudas, y todos los que sufren. Tú, imita a Jesús, el Cristo, y ten compasión de ellos y pon paz en su vida, en vez de ponerles más guerra, por meterte en donde no te llaman. ¡No rompas jamás un matrimonio o un negocio de otros!, porque aunque te digan y alguno se queje, allí ha habido un contrato y hay que respetar la libertad de todos, y no la libertad actual, sino también la libertad del compromiso que hicieron hace años. Respetar la propiedad ajena, es un principio de ley natural y está también en la Ley de Dios. Y no te obsesiones en lo que no es tuyo, sino que debes de sacar de la vida lo tuyo, crearlo con tus propias manos, salido de tus sueños, porque en esta vida, hay para todos los gustos, y el éxito es individual; tienes que hacerlo a tu medida, según tus cualidades; y cuantas más cualidades consigas tener, mayor será tu éxito, porque el éxito eres tú mismo, tú eres tu propio éxito. Date valor, ¡valórate!, y ponte a trabajar en ti mismo, para que cuanto más bueno seas, ¡más bueno será tu éxito! Tu éxito depende de ti. Los santos, son los que han conseguido el mayor, el mejor éxito: la perfección. Y, cuántas cosas maravillosas han hecho; aún hoy se los recuerda, algunos, después de siglos de su paso por la vida; ¡el verdadero éxito es perdurable!

Esto es el éxito

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: Os propongo ser buenos y resistir en el bien, pagar los impuestos y estar siempre en regla según la ley civil, para así tener paz y éxito en llevar tu ley, la ley de hacer el bien; ¡pase lo que pase!, la ley que es universal, que ninguna otra ley puede sustituir, y que haciendo el bien, todas las demás leyes de cada país la permiten. No sé de ningún país prospero, democrático, que te impida hacer el bien y lo correcto, y aunque pueden tener algunas leyes permisivas en asunto de moral, no persiguen a los que quieren hacer el bien y lo correcto, a los que quieren una vida de paz, esa paz de tener una buena conciencia. Medita mis palabras, amigo, amiga, y te darás cuenta de que es cierto, es verdad, de que tú, ¡tú!, eres libre de hacer el bien y lo correcto, lo moral, de seguir la Ley de Dios. Puede que otros no lo hagan, pero ¡tú puedes hacerlo!, puedes decidir seguir TU PROPIA LEY, la de hacer el bien y lo bueno. Y te digo, lo digo: ninguna otra ley podrá ir contra tu ley, esa de hacer siempre lo bueno, lo correcto, teniendo así una buena conciencia y viviendo la fe, y disfrutando de las obras de la misma; tú, ¡tú tendrás éxito en todo!, porque aunque tus padres, hermanos o hijos, no lo hagan, si tú sigues la Ley del Bien entonces, tendrás éxito; te llegará el éxito allí donde has fracasado, y aunque fracasases con alguna derrota temporal, siempre ganarás y te sentirás grande, porque, dentro de ti, sabes que has hecho el bien y lo correcto; eso, esto es el ÉXITO; porque además, y te lo digo en serio y comprobado por mí, que el éxito llega SIEMPRE cuando uno actúa haciendo el bien y lo bueno, como método de vida, como forma de comportamiento; y ¡qué feliz es uno venciéndose a sí mismo, superándose cada día más para ser bueno y hacer el bien y lo correcto!, pensando más en esto, en ser bueno y hacer el bien y lo correcto, que en los resultados. ¡Cuántos piensan más en los resultados, y no hacen el bien siempre, ni lo bueno, pensando así llegar antes!; y si tienen algún triunfo, que el triunfo no es lo mismo que el éxito, se sienten inseguros al llegar a la meta con medios injustos e injustificables delante de su conciencia, que no podrá aceptar una buena conciencia ¡jamás!, llegando a la meta, vendiéndose en no hacer lo bueno, ¡lo mejor que uno podría hacer! Tú ve a buscar el éxito y no el triunfo; un triunfo siempre puede ser un fracaso; en cambio el éxito, aunque se fracase porque otros triunfen, tú ganas siempre, porque el éxito está en hacer el bien y lo correcto; y siendo así, donde has perdido porque otros han triunfado, puedes tener éxito en otra oportunidad, que SEGURO te brindará la vida, porque la vida está llena, repleta, de oportunidades, cada día; así que no te vendas por la primera de hoy, que más tarde te llegarán más, y mañana y pasado; tú estate pendiente siempre de ti, de hacer el bien y lo correcto, y que tu negocio, tu familia, haga lo mismo, siempre dentro de las posibilidades que tienes; y si te faltan, ora y espera, pide y aguarda, que Dios te lo dará todo en tu mejor momento, porque te conoce, y sabe dónde y cuándo es bueno para ti que llegues a un punto de éxito; porque el éxito no es llegar a un tope y basta, el éxito es tener siempre éxito en todo, y se puede, aun mientras tengas fracasos, y eso que llamamos “mala suerte”; porque el éxito radica en ti, en hacerte feliz luchando y superándote en hacer el bien y lo correcto, en cumplir siempre con tu deber y la Ley de Dios, la ley del Bien y lo Bueno.

Amor verdadero

Te habla Montserrat Bellido Durán, para tu éxito: En el amor, como en la guerra, hay que darlo todo por el todo. Nada de estrategias complicadas, pues vienen los enemigos y asaltan la fortaleza, y te puedes quedar sin nada. El amor es un sentimiento creador y maravilloso, y quien ama de esta manera, real y sincera, no necesita emprender una guerra, ni de celos ni de envidias, ni de preguntas tontas como la siguiente: ¿cómo quieres que sea? Tú, y la otra parte, tiene que ser como es, porque en cada quién hay un ser maravilloso, si sabe cuidar de su carácter, de su apariencia y, sobre todo, de la forma y manera de usar de las palabras. La pasión, encendida por el odio, eso no es amor, como tampoco lo es la pasión mal entendida, la que sólo quiere placer carnal sin el elemento creador, que es el regulador y propagador de tal amor. Es decir, quien no quiere hijos, no ama lo suficiente al otro. Antes, hubo una larga temporada, en que las chicas alocadas iban gritando a los artistas: “¡quiero un hijo tuyo!”; eso fue antes de que el capitalismo hiciera estragos en las relaciones sentimentales, porque al final, el sentimiento tuvo forma de dinero; y ahora que no hay dinero, a causa de la crisis económica mundial, ahora, ¿quién ama de verdad?; pocos, porque sin dinero, muy pocos se creen merecedores de este amor eterno, este amor que cantaron los juglares en las plazas de los pueblos, invitando a las doncellas a ponerse guapas y bellas para hacer salir de su caparazón al virtuoso varón, que encerrado estaba en su concha, perplejo de angustia por no saber decidir a quién elegir para ponerle el anillo en el dedo. Luego vinieron, con los tiempos modernos, los cantantes que cantaban ese amor eterno, que pocos varones sabían expresar con acierto, y le dedicaban a la chica la canción que ellos hubieran querido cantar, de tener buena voz y carecer de vergüenza. Luego pasaron más cosas, una de ellas es que descubrieron la píldora anticonceptiva, y se terminó el romanticismo en masa, se pasó al consumismo del cuerpo, sin, desde luego, el respeto que se debe a uno mismo, por ser quien es cada uno, ¡un ser semejante a Dios mismo, a Jesucristo! Pero el amor verdadero, como os digo, es creador, necesita dejar huella en la existencia de esta vida, necesita proclamar su amor con los hechos de su unión, que son los hijos, fruto de este amor bendecido por Dios.